El idealismo de Kierkegaard

BINETTI, MARÍA JOSÉ

Universidad Iberoamericana

Lugar: México; Año: 2015 p. 188

978-607-417-353-6

El objetivo de la obra consiste en explicar por qué Kierkegaard sería, desde el punto de vista estrictamente metafísico, un idealista absoluto, para quien la singularidad manifiesta y realiza el logos de la totalidad. Afirmar a Kierkegaard como idealista significa descubrirlo como metafísico de la subjetividad existente, no porque su intención explícita haya sido la de fundar una metafísica, sino porque su pensamiento implica inevitablemente cierta metafísica, esa de la cual ningún pensador esencial logra escapar y a partir de la cual articula su universo conceptual y discursivo. El idealismo de Kierkegaard entiende entonces que la metafísica del pensamiento kierkegaardiano pertenece histórica y conceptualmente al idealismo clásico alemán, y podríamos sintetizarla en los términos de un espiritualismo dialéctico y reflexivo, relacional y absoluto. Nos nos referimos aquí a un idealismo subjetivista, de corte gnoseológico o epistemológico, sino al idealismo como metafísica absoluta, de donde Kierkegaard asumiría y derivaría la consistencia efectiva de la subjetividad singular. El primer capítulo del trabajo describe los principios esenciales y comunes del idealismo a fin de confrontarlos, por una parte, con lo que la crítica kierkegaardiana denomina indefinidamente «hegelianismo», «idealismo», «especulación» o «filosofía moderna» y, por la otra parte, con los propios principios asumidos por el pensamiento de Kierkegaard. Intentaremos aquí una suerte de marco teórico en el cual estén contenidos los elementos estructurantes de la escena idealista-kierkegaardiana, dominada por el dinamismo dialéctico de la totalidad espiritual. El segundo capítulo se detiene en la iniciación romántica de Kierkegaard, marcada por la primacía del individuo o singular, la libertad infinita y la celebración poética de lo ideal. Sin embargo, Kierkegaard considera que el romanticismo no satisface las exigencias universales y objetivas de la subjetividad absoluta, y con tal objeción sale al encuentro de la conceptualización de Hegel, a la cual dedicamos el tercer capítulo. El capítulo dedicado al pensamiento de Hegel es el más extenso y constituye el núcleo de nuestro trabajo por dos razones. Primero, por ser Hegel ?en nuestra opinión? el último y mayor exponente del idealismo, su sistematizador y consumador. Segundo, porque en él se concentra la crítica antiidealista tanto de Kierkegaard como de sus sucesores. Este tercer capítulo toma algunos elementos centrales del sistema hegeliano y muestra su operatividad en la construcción metafísica de la existencia singular kierkegaardiana según la dialéctica ternaria de los estadios de la vida. Por último, el capítulo cuarto y final aborda el debate poshegeliano en torno a la filosofía de la religión, debate del cual Kierkegaard fue partícipe y a partir del cual resignifica la conciencia cristiana.  El trabajo concluye en el idealismo de Kierkegaard como un idealismo sui generis, que toma y deja ad hoc, que confirma y refuta libremente a fin de encontrarse a sí mismo como otro. Kierkegaard quiso ser otro que los románticos, que Hegel, que los teólogos del clero oficial o la modernidad impía. Y para todo buen dialéctico, la mejor manera de ser otro es ser en el fondo lo mismo. NOTA AL COMITE EVALUADOR: el libro esta en prensa, con la posibilidad de que sea pubilcado en el año en curso. Por lo tanto, el año de edición y ISBN han sido añadidos en este formulario a los meros efectos de su ingreso en el sistema y serán modificados ni bien el libro este publicado.