INVESTIGADORES
JUAREZ Laura Susana
congresos y reuniones científicas
Título:
“Roberto Arlt en España: El paisaje y la tarjeta postal”
Autor/es:
JUÁREZ, LAURA
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Otro; IV Encuentro. “La experiencia del viaje: miradas e imágenes urbanas en la literatura de viajeros”; 2006
Institución organizadora:
Carrera de Especialización en Historia y Crítica de la Arquitectura y el Urbanismo. Escuela de Posgrado. Secretaría Académica de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.
Resumen:
En 1935, Carlos Muzio Saénz Peña, el director del diario El Mundo, envía a Roberto Arlt como corresponsal a Europa. Se trata, como afirma Sylvia Saítta, de un nuevo tipo de viaje, (diferente al de los hombres del ochenta y el de los escritores de clase alta), que, con el periodismo masivo y comercial involucra a cronistas profesionales que responden con su trabajo a una demanda previa del diario que exige una escritura rápida y debe reconocer pautas muy precisas. Desde una perspectiva exaltada, expectante y atravesada fundamentalmente por el optimismo y muchas veces por la fascinación, Arlt, desde febrero de 1935, momento en que emprende la partida, transitará durante un año por distintos puntos de España y el norte de África. En mayo de 1936, regresa a Buenos Aires. En vísperas de su partida, Arlt anuncia los propósitos del viaje y pretende inscribir las notas que aparecerán en el diario en el registro de las aguafuertes porteñas. De esta manera, sostiene que va a España a “convivir con el pueblo y las masas de sus ciudadanos” y a registrar las costumbres, tradiciones, tipos, cuadros y paisajes que interesarán a los españoles distantes de su terruño y a los argentinos “que así podrán conocer mejor la madre patria”[1]. Como afirma Sylvia Saítta, este objetivo de pintar cuadros y paisajes se desdibuja para Arlt cuando llega y toma contacto con la tensa situación política del país, y en más de una oportunidad afirma que no le interesa el color local y la tarjeta postal[2]: “Cada piedra, cada alféizar, sugieren infinidad de cosas. Pero no he venido aquí a recordar hechos históricos ni a vivir [...] en hoteles de primera clase”, sostiene en una de sus primeras notas escritas ya desde Cádiz[3]; y también le responde a un “parroquiano” que lo invita a descubrir la “bonita” Cádiz: “—Mi estimado amigo [...] Todo lo que usted me dice se encuentra en el tomo diez, página 320 de la Enciclopedia Espasa. Mis lectores, en la Argentina [...] Están hartos de tarjetas postales bonitamente iluminadas”[4]. Este enfoque retoma, por lo demás, algunas ideas que el escritor había expresado en 1928 en una de sus aguafuertes, “Argentinos en Europa”. Allí, Arlt se había distanciado de la perspectiva de otros viajeros argentinos como Manuel Gálvez, Lagorio o Rohde que, con una “miopía” de “vago hijo de estancieros” o de “argentinos con plata”, se dedicaban a describir paisajes exóticos, ruinas, monumentos arquitectónicos y otras “pamplinas arqueológicas”, olvidándose de que “en los países que visitan hay una mayoría que vive y trabaja, que en todos los territorios recorridos hay industriales y fábricas que nosotros ni sospechamos...”[5]. Si nos atenemos al corpus completo del viaje a España puede sostenerse, sin duda, que tal como se ha estudiado recientemente[6], buena parte de sus notas responden a estas premisas. Arlt describe el mundo del trabajo y participa, por ejemplo, de la pesca de sardinas y visita una mina de carbón. Del mismo modo que escucha historias y deja entrever el panorama político y económico, y la fuerte crisis social que estaba atravesando la península, son elocuentes en este sentido, las aguafuertes sobre el problema agrario español, las que reproducen los avatares políticos de Madrid, el triunfo de las izquierdas y el vaticinio de la guerra civil, y los artículos sobre la situación del país Vasco, entre otros. Pero, de todas maneras, si bien Arlt critica los modos de representación de la tarjeta postal, y sus notas indican en muchos casos una lectura en clave política e ideológica, también cabe considerar cómo, paralelamente y en crisis con el punto de vista del viajero testigo de acontecimientos políticos y el cronista veraz, sus aguafuertes españolas no sortean las trampas de lo exótico, lo típico y lo pintoresco y retoman algunas de las fórmulas por él rechazadas de la escritura de viajero. De esta manera, el trabajo intenta reflexionar sobre el viaje a España y analizar la fascinación de Arlt por lo nuevo, los escenarios, las costumbres, el paisaje urbano y natural, y los usos de lo pintoresco y el color local a los que se entrega por momentos. Pretendemos, estudiar, asimismo, las valoraciones, juicios y apreciaciones que asocian a este orden con un mundo de ensueño, lugar de la aventura y sitio de lo ideal, y analizar, finalmente, los modos en que en las aguafuertes españolas, a diferencia de las porteñas y de lo que sucede en las novelas de Arlt, aparecen distintos modos de mirar sobre los escenarios urbanos, suburbanos y el territorio natural. Si la mirada paisajística implica una perspectiva distanciada del todo ajena a una subjetividad en conflicto con el espacio del que surge y la rodea [7], el viaje también posibilita la construcción del paisaje en la literatura de Arlt. [1] Arlt, Roberto: “Mañana me embarco”. En El Mundo, 13 de febrero de 1935. [2] Saítta, Sylvia: “Nuevos viajeros, otras miradas: Roberto Arlt en España”. En Hispamérica. Revista de literatura, año XXVIII, nº 82, 1999. [3] Arlt, Roberto: “Carestía de la vida en España”. En El Mundo, 14 de abril de 1935. [4] Arlt, Roberto: “A Madrid, a pedir trabajo”. En El Mundo, 16 de abril de 1935. [5] Arlt, Roberto: “Argentinos en Europa”. En El Mundo, 18 de octubre de 1928. Recopilada en Arlt, Roberto. Nuevas aguafuertes, Buenos Aires, Losada, 1975, p. 76. [6] Véase, a este respecto:  Saítta, Sylvia. “Nuevos viajeros...”, Op. Cit., y , de la misma autora, “Sueño del viaje”. En El escritor en el bosque de ladrillos, Buenos Aires, Sudamericana, 2000. También, pueden consultarse los prólogos de Saítta de las ediciones de las aguafuertes gallegas y asturianas, madrileñas y vascas [7] Tomo estas ideas, que se desarrollarán con mayor profundidad en la segunda parte del trabajo, de Silvestri, Graciela y Aliata, Fernando. El paisaje como cifra de armonía, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión, 2001.