INVESTIGADORES
ARUGUETE Natalia
libros
Título:
Teorías de la opinión pública y de construcción de agenda
Autor/es:
ARUGUETE NATALIA
Editorial:
Universidad Nacional de Quilmes
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2013 p. 164
ISSN:
978-987-1856-21-3
Resumen:
En la década de 1960, a nivel académico dominaba la idea de que los medios no cambian la opinión del público, sino que solo intensifican sus actitudes previas. En ese escenario, varios investigadores plantearon la sospecha de que existían efectos mediáticos por explorar. Así, a lo largo de las décadas de 1960 y 1970 se realizaron diversos estudios que confirmaron lo que algunos estudiosos habían alertado tiempo antes, cuando se enfrentaron al paradigma de los efectos limitados. Por ejemplo, Kurt y Gladys Lang advirtieron que no había pruebas suficientes para eliminar la creencia de muchos académicos, según la cual los mass media son más influyentes de lo que a veces desearíamos (Lang y Lang, 1993). En esa línea, la teoría del Establecimiento de la agenda, creada por McCombs y Shaw en 1972, se centró en los efectos de los medios sobre las ideas que las personas se forman de su entorno. En forma contemporánea, surgieron los primeros estudios sobre la influencia mediática de la televisión en las audiencias. Desde la teoría del Cultivo, Gerbner explicó que la exposición a la repetición de definiciones erróneas que hacen los medios de comunicación la televisión más que ningún otro, genera una percepción de esa realidad como normal. Esta legitimación de una realidad mal enfocada termina afectando el comportamiento de la gente (Gerbner y Gross, 1976). Otros autores remarcaron los efectos negativos de la TV. En la década de 1970, Robinson propuso la tesis del video-malestar. Esta afirmaba que las noticias televisivas sobre política son enfocadas de manera negativa y que siempre se pone énfasis en el conflicto. Y que ese termina dañando la confianza en los gobiernos, instituciones y el sistema (Avery, 2009). También Capella y Jamieson (1997) comprobaron que las formas que emplean los medios para hablar de los asuntos públicos afectan a las audiencias al minar su confianza en la política y los gobiernos. Esta hipótesis, denominada espiral del cinismo, fue reconsiderada por otros investigadores que no veían un efecto negativo en la exposición a los medios. Al contrario, pensaban que dicho efecto depende de la actitud política previa de los individuos, y que en algunos casos puede darse un círculo virtuoso entre exposición mediática y compromiso cívico en los asuntos políticos (Norris, 2001). Los medios masivos no solo fueron estudiados en relación con los efectos que podían generar en el público, también se analizó cuáles eran los factores que incidían en sus coberturas. Desde perspectivas como la agenda building, el indexing y el newsmaking se revisó el complejo proceso de construcción de la agenda mediática, es decir, los condicionamientos que intervienen a la hora de seleccionar los temas que serán noticia y la forma de hablar de ellos. Entre estos condicionantes podemos encontrar limitaciones institucionales, valores noticiosos, hábitos profesionales y rutinas de trabajo. Consideramos que la forma de recortar la información y la perspectiva que se les da a las noticias es un dispositivo que atraviesa todo el proceso comunicacional. En ello coincidimos con los estudiosos de la teoría del Encuadre, quienes asumen que los encuadres atraviesan todas las instancias de la comunicación como principios organizadores, socialmente compartidos y persistentes en el tiempo, que trabajan simbólicamente para estructurar el mundo social de modo significativo (Reese, 2001: 11).