INVESTIGADORES
SEGHEZZO Lucas
convenios, asesorías y/o servicios tecnológicos
Título:
Elementos conceptuales y metodológicos para la Evaluación de Impactos Ambientales Acumulativos (EIAAc) en los bosques subtropicales. El caso del Este de Salta.
Autor/es:
PARUELO, J.; VERÓN, S.R.; VOLANTE, J.N.; SEGHEZZO, L.; VALLEJOS, M.; ET AL.
Fecha inicio:
2009-08-01
Fecha finalización:
2009-09-01
Naturaleza de la

Producción Tecnológica:
Informe de asesoría
Campo de Aplicación:
Ordenamiento territorial-varios
Descripción:
A partir del requerimiento de un “...análisis de impacto ambiental acumulativo de la tala y el desmonte sobre el clima, el paisaje y el ambiente en general, así como en las condiciones de vida de los habitantes…" en la causa "Salas Dino y otros c/ Provincia de Salta y Estado Nacional", se pone de manifiesto la gravedad del problema asociado a la deforestación de la región Chaqueña y se ordena, de manera provisional, la suspensión de los desmontes en cuatro Departamentos de la Provincia de Salta (Rivadavia, San Martín, Orán y Santa Victoria). El requerimiento de la CSJN constituye un hecho novedoso en el país en tanto da cuenta de los riesgos de las actividades antrópicas sobre los ecosistemas y simultáneamente promueve la definición de políticas ambientales. Más aún, explícitamente indica que las políticas y acciones deben basarse en un estudio detallado de los efectos acumulativos de las intervenciones humanas. Este estudio representa a su vez un desafío para el sistema de Ciencia y Técnica dada su responsabilidad en la generación y puesta a disposición de las instancias políticas de la información, marcos conceptuales y conocimiento necesario para actuar. En este informe se presentan por un lado los marcos conceptuales en los cuales debería inscribirse la Evaluación de Impacto Ambiental Acumulativo (EIAAc) en la región chaqueña y por otro, las evidencias disponibles acerca del impacto de las acciones de tala y desmontes sobre los servicios ecosistémicos (SE). La reseña se basa fundamentalmente en las evidencias publicadas en revistas científicas y sometidas por lo tanto al juicio de pares. Esta presentación incluye a su vez una descripción de los datos necesarios y las metodologías disponibles para llevar a cabo la EIAAc. En base a los antecedentes y marcos conceptuales discutidos, una EIAAc debería contemplar los siguientes aspectos: A. Determinación y delimitación de la extensión espacial y temporal de las acciones cuyos efectos se evaluarán (tala y desmonte). B. Identificación de los Servicios Ecosistémicos afectados por las acciones evaluadas y definición de las metodologías para su cuantificación. C. Cuantificación de procesos/funciones (PPNA, estructura del paisaje) por unidad espacial (pixel o parche). D. Definición de cambios en los niveles de provisión de procesos o servicios ecosistémicos en función de factores de estrés o perturbaciones (ej. uso del suelo) (funciones de afectación). E. realización de la cartografía que muestre el grado de modificación de los distintos servicios respecto de situaciones de referencia para distintas configuraciones del paisaje. F. Identificación de los impactos que se verifiquen en las intersecciones entre acciones y servicios ecosistémicos, incluidas las interacciones, sinergias y retardos en la manifestación de los efectos de actividades antrópicas sobre el nivel de provisión de SE. G. Propuesta de medidas de restauración, mitigación o compensación. H. Plan de monitoreo y protocolo de seguimiento en el tiempo. I. Evaluación anónima por pares del sistema de C y T de la EIAAc. De acuerdo a información recientemente elaborada por INTA Salta a partir de información satelital, en los últimos 30 años se desmontaron el 26% (1.550.000 ha) del total de bosques existentes a fines de los ’70 (en 1977, 5.960.000 ha de bosques) es así como la Provincia de Salta, en setiembre de 2008 contaba con una superficie de 4.409.400 ha de bosques nativos. En estos 30 años existieron 3 etapas en la dinámica de la deforestación. En los primeros 20 años (entre 1977 y 1997) el desmonte fue constante a una tasa que se mantuvo alrededor del 0,45% anual. A partir de ese momento, en el que ingresa el cultivo de soja La devaluación económica de 2002 impulsa la actividad agropecuaria y comienza una aceleración en el proceso de desmonte. A fines de 2007, momento en el cual se sancionó la Ley 26.331, se registra el valor más alto de la historia con una tasa de desmonte de 2,1% anual (135.200 has desmontadas). Entre 2001 y 2007 los desmontes realizados (597.000 ha) se concentraron en cuatro departamentos: Anta (296.000 ha; 50% del total), San Martín (116.200 ha; 19%), Rivadavia (67.650 ha; 11%) y Orán (45.500 ha; 8%). Ellos acumulan el 88% del total de desmonte provincial registrado en ese período. El impacto acumulativo de tales actividades de tala y desmonte en el medio biofísico se manifestará en cambios en procesos ecológicos y en aspectos estructurales de los ecosistemas que se agrupan en la categoría de Servicios Ecosistémicos Intermedios. Cinco de esos servicios cobran especial relevancia en los bosques subtropicales del este salteño: los relacionados con el balance de carbono (C) y energía, la dinámica del agua y los nutrientes y la estructura del paisaje. Estudios llevados a cabo con metodologías diversas muestran una caída muy importante en las ganancias de C en los bosques subtropicales de la región asociada a la tala y el desmonte. Esta reducción llega, al integrarse a nivel departamental, a valores superiores al 30%. La caída se asocia estadísticamente a la expansión agrícola. No sólo disminuyen las ganancias, sino que, aumentan las pérdidas. A nivel nacional, las emisiones de C por tala y desmonte para el año 2000 representaron una de las mayores fuentes de emisión, sólo superadas por las emisiones provenientes de combustibles fósiles. El 75 % de estas emisiones provienen de los bosques de la región chaqueña. El albedo (la proporción de radiación incidente reflejada por la superficie) es un determinante clave del balance de energía de la Tierra y de esta manera del calentamiento global. Cálculos realizados a partir de datos aportados por sensores remotos, muestran que en los departamentos salteños señalados, el reemplazo de los bosques nativos por cultivos agrícolas redujo en 1.1 w.m-2 la energía reflejada. De esta manera, el reemplazo de los bosques por agricultura estaría contribuyendo al calentamiento global al aumentar la cantidad de energía que es absorbida por la superficie y por lo tanto, la que se disipará como calor latente o sensible. El balance de energía de la Tierra depende a su vez, de la concentración atmosférica de gases con efecto invernadero (GEI). Estos además del CO2, incluyen al metano (CH4) y los óxidos de nitrógeno –N2O o NOx. Los incendios de vegetación son una importante fuente de gases con efecto invernadero (GEI) y se calcula que equivalen al 50% de la emisiones por combustibles fósiles. Estudios basados en imágenes de satélites para el Mercosur en su conjunto muestran que la frecuencia de incendios en áreas de bosques subtropicales como los chaqueños aumenta en zonas en donde se expande la agricultura. Para los departamentos de San Martín, Rivadavia, Santa Victoria y Oran de la provincia de Salta se queman 8.7 millones Tn de biomasa por año liberándose 1.3 millones de toneladas de CO2 y 2 y 0,2 miles de toneladas de CH4 y N2O. A su vez, entre 2001 y 2008 estos fuegos de desmonte emitieron 4400 TJ de energía radiativa a la atmósfera. En bosques secos (similares a los de la región chaqueña) cuya vegetación natural ha sido reemplazada masivamente por cultivos de secano, se han registrado ascensos lentos pero continuos de los niveles freáticos y de salinización de las aguas subterráneas. El reemplazo de los bosques secos por cultivos reduce los niveles de evapotranspiración que se traducen en un aumento del drenaje profundo y/o el escurrimiento superficial. En paisajes planos, este cambio produce una creciente recarga del agua subterránea y ascensos graduales del nivel freático. Al alcanzar el agua subterránea cargada de solutos la superficie, se salinizan los suelos. Estos fenómenos han sido reportados recientemente en el país para áreas de bosques xerofíticos en la provincia de San Luis y todo indica que los mismos procesos operarían en los bosques chaqueños. A su vez, la pérdida de cobertura vegetal e infiltración asociados a los cultivos de secano en el NO argentino, promueve un aumento en la erosión del suelo, disminuyendo la productividad y aumentando el riesgo de inundación. La fragmentación del paisaje es una característica estructural que integra los efectos acumulados de la tala y el desmonte. El aumento de este proceso impacta en la biodiversidad, dando lugar a extinciones locales de especies sensibles en parches pequeños y aislados. Un estudio realizado en 2004 detectó una importante pérdida de hábitats o sea, la reducción en superficie de varios tipos de vegetación, entre los años 1988/89 y 2002/03. Esta reducción para el este salteño representó una disminución de entre el 2% y 13% de la superficie de 1988/89 según el tipo de bosque considerado. En la campaña 2002/3 se produjo una agregación o aglomeración importante de los parches agrícolas (con respecto a campañas anteriores). El aumento y la aglomeración de dichos lotes agrícolas, se reflejó en la disminución en el número de parches de vegetación boscosa y su pérdida de conectividad. Al aumentar la concentración de parches agrícolas, la distancia entre parches de vegetación natural fue aumentando, incrementándose así el aislamiento de los mismos. Los estudios de las consecuencias sociales de la tala y el desmonte son escasos y fragmentarios. Según los datos provistos por el INDEC entre 1991 y 2001, la población rural de Salta se redujo en un 13 %. El análisis de la relación entre el cambio en la superficie agrícola (un subrogado de desmontes) en la región chaqueña y la modificación en el porcentaje de la población con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) no muestra ninguna relación estadísticamente significativa. Si bien no puede establecerse una relación causa efecto, el análisis muestra que en aquellos departamentos con mayor expansión agrícola no se observó un cambio distinto en el % de población con NBI que en aquellos en donde la agricultura no aumentó. Las instituciones del sistema de Ciencia y Técnica argentino (Universidades, CONICET, INTA) cuentan con la experiencia, la tecnología y el personal para realizar una evaluación espacialmente explícita de impactos ambientales acumulativos de la tala y el desmonte. Ésta proveería una cuantificación inequívoca de los efectos sobre los servicios ecosistémicos más importantes. Conocer el cambio en el nivel de provisión de estos servicios provee la base para el análisis de la distribución de beneficios y perjuicios entre los distintos actores sociales. La incorporación de los resultados de una EIAAc en el proceso de toma de decisiones debería considerar cuatro aspectos: 1. Identificar qué servicios ecosistémicos (intermedios y finales) se verían afectados cuando se produce cada uno de los tipos posibles de intervenciones. 2. Determinar la magnitud y sentido del cambio en el nivel de provisión de un servicio inducido por cada tipo de intervención. 3. Identificar los actores e involucrados sociales, económicos y políticos relevantes. 4. Cuantificar el nivel de apropiación de beneficios y perjuicios por parte de los distintos actores socio-económicos. La consideración de estos cuatro aspectos no resuelven el problema de la toma de decisiones pero proveen a quienes deben tomarlas elementos objetivos para evaluar alternativas. La decisión en última instancia dependerá de cuestiones políticas o sea, de la capacidad de cada uno de los actores de hacer valer sus intereses, visiones e ideología y del grado de control que tengan del Estado. La importancia de los aspectos ideológicos y políticos no debería soslayar la necesidad de abordar la evaluación de las consecuencias de las alternativas desde una perspectiva técnica.