INVESTIGADORES
MIRALLES Daniel Julio
artículos
Título:
Como aumentar los rindes.
Autor/es:
SATORRE EH, MENENDEZ F.J., MIRALLES D.J Y CARMONA M
Revista:
Revista Super Campo
Editorial:
Perfil
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2004 vol. 10 p. 6 - 11
ISSN:
0328-4247
Resumen:
A LO LARGO del ciclo del cultivo de trigo se producen una enorme cantidad de procesos que se observan a simple vista y otros que sólo son visibles mediante disección de la planta. Los primeros reflejan procesos que han ocurrido previamente en el ápice de crecimiento y que determinarán el número de hojas que la planta tendrá, y por lo tanto la duración del ciclo del cultivo. Desafortunadamente la coincidencia de eventos externos con cambios a nivel apical no es estricta, por lo que las relaciones entre estos eventos deben ser tomadas muy cautelosamente como indicadores del estado fenológico del cultivo. El ciclo del cultivo puede dividirse en tres grandes etapas: vegetativa, reproductiva y de llenado de granos (ver figura 1). Una vez que se produce la entrada de agua a la semilla y comienza el metabolismo enzimático, se inicia la etapa vegetativa. En el ápice de crecimiento se inicia la producción de hojas, y continúa hasta la diferenciación del primer órgano reproductivo, es decir la primer espiguilla que tendrá la espiga, finalizando la etapa vegetativa y dando comienzo a la etapa reproductiva. Si bien, el número de hojas ha quedado establecido al final de la etapa vegetativa, la aparición de las mismas continúa durante toda la etapa reproductiva. Esta etapa, reproductiva, es sin duda la más importante en términos de generación de componentes del rendimiento, dado que queda definido el número de espigas por metro cuadrado y el número de granos por espiga, ambos componentes centrales del número de granos por unidad de área (figura 1). Una vez que el ápice ha cambiado al estado reproductivo y comienza la diferenciación de las espiguillas, este proceso continúa hasta que se produce la espiguilla terminal, quedando definido el número de espiguillas que tendrá la futura espiga. Durante esta etapa se produce la iniciación y muerte de macollos. El inicio de la elongación de los entrenudos determina un cambio en la partición de los asimilados dentro de la planta, los que destinan principalmente al crecimiento del tallo, cesando en consecuencia la producción de macollos. A partir de ese momento y dependiendo de los recursos disponibles, se producirá la mortandad  quedando definido al final de este proceso el número de espigas por unidad de área (figura 1). Luego comienza el crecimiento de la espiga siendo éste uno de los procesos más críticos en la definición del rendimiento y particularmente del número de granos por espiga. Debido a que el tallo y la espiga crecen en forma coetánea en el tiempo durante la última etapa de la encañazón, la competencia por recursos entre ambos órganos es un aspecto crucial para el crecimiento de la espiga ya que es el órgano de mayor importancia en términos de rendimiento. Durante esta etapa, una mayor partición de asimilados hacia las espigas se traducirá en un mayor número de granos al momento de la cosecha. En términos generales el número de flores que se producen dentro de cada espiguilla en trigo no es una limitante ya que en la mayoría de los cultivares y para diferentes condiciones del ambiente se inician entre 9-10 primordios de flores (figura 2). Sin embargo, sólo sobreviven entre 3-4 flores al momento de la floración. La magnitud de dicha mortandad depende fundamentalmente de los recursos que se particionen hacia la espiga durante la última etapa de la encañazón. De este modo la etapa crítica para establecer la fertilidad de las flores dentro del a espiga abarca un período de aproximadamente 20 días previos a la floración (en el cual el tallo y la espiga crecen a la máxima tasa) y 10 días posteriores a la aparición de las anteras en la espiga donde queda definido el cuaje de dichas flores (Fig. 2). Finalmente la etapa de llenado de granos tiene dos períodos principales, (i) el de cuaje y (ii) el de llenado efectivo de los granos (Fig. 1). Durante el primero,  se define el número de células endospermáticas, mientras que durante el período de llenado efectivo además de acumularse materia seca en los granos, se diferencian todas las estructuras vegetativas mínimas del embrión, que maximizan las probabilidades de que la generación siguiente produzca plántulas que garanticen un buen establecimiento. GRANOS POR METRO. La definición del número de granos se produce a lo largo de las distintas etapas del cultivo y fundamentalmente dentro de la etapa reproductiva.. Así, las condiciones ambientales que se presentan durante este período crítico incidirían de manera importante en el número final de granos establecidos. Siendo que la radiación afecta al número de granos a través de su relación lineal positiva con la tasa de crecimiento del cultivo, y la temperatura lo afecta negativamente, acelerando el desarrollo, es posible pensar que el número de granos (y en muchos casos el rendimiento) depende de estos factores durante el período crítico definido alrededor de antesis. Fischer definió a partir de estas ideas el concepto de cociente fototermal (Q). Q = R / T, donde: ·        Q: cociente fototermal, índice de crecimiento por unidad de tiempo térmico de desarrollo [MJ/(m2.día.°C)]. ·        R: radiación solar media diaria (MJ/m2.día) para el intervalo de 20 días previos a antesis y 10 días posteriores a antesis, ·        T:   temperatura media del período menos 4.5°C (temperatura base aceptada para esta etapa avanzada del desarrollo). Si los factores ambientales que regulan el crecimiento son desfavorables durante el período crítico, esto incidirá negativamente sobre el número final de flores fértiles en el momento de floración del cultivo. Asimismo, condiciones poco favorables en los 10 días posteriores a floración, reducirán la capacidad de establecimiento de las flores fértiles a granos (i.e. cuaje), disminuyendo el número finalmente alcanzado. Otro de los aspectos importantes con relación a la supervivencia floral es la dotación de nitrógeno disponible para el cultivo y particularmente el contenido de nitrógeno acumulado en las espigas al momento de la floración (Abbate y col., 1995). Se ha demostrado que una menor concentración de nitrógeno en espigas, aún para condiciones similares de cociente fototermal, produciría una mayor mortandad de primordios flores reduciendo el número de flores fértiles alcanzado por las espigas a floración y por lo tanto un menor número de granos por espiga. CONSIDERACIONES FINALES. Sin duda, la correcta toma de decisiones tan temprano como el momento de la fecha siembra, son fundamentales para lograr un alto rendimiento en el cultivo. Ubicarlo en los valores más favorables de cociente fototermal durante el período crítico, así como una correcta dotación de nutrientes (nitrógeno, fósforo y azufre) y agua durante el período de crecimiento de la espiga son aspectos de suma importancia para tener un alto número de granos. Variables de manejo como la fecha de siembra son fundamentales para lograr el objetivo mencionado. Una vez evitado el riesgo de heladas en el período vaina engrosada-floración, el cultivo deberá florecer de modo tal de ubicar el período crítico en las condiciones más favorables de radiación y temperatura. Deficiencias nutricionales así como reducción del aparato fotosintético debido a enfermedades foliares reducirán la cantidad de granos que el cultivo puede producir arrastrando inevitablemente a un menor rendimiento ya que las disminuciones en el número de granos difícilmente puedan ser compensadas por aumentos en el peso de los mismos.