INVESTIGADORES
TATIAN Diego
congresos y reuniones científicas
Título:
Mitologías del pueblo
Autor/es:
DIEGO TATIAN
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Jornada; X Jornadas de Filosofía Política; 2011
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Córdoba
Resumen:
Excluido de las técnicas de virtud que la buena legislación y la filosofía prevén para enfrentar el despotismo del placer y del dolor, el demos encuentra en Platón una imagen que reaparece una y otra vez a lo largo del pensamiento político: la bestia colectiva, el monstruo de mil cabezas, la hidra, el animal despojado de lógos, sumido en el instinto y la pura motivación sensible que sofistas, demagogos y populistas de todas las épocas han procurado adular llamando “sabiduría” a las prácticas y principios de las asambleas populares. La formulación canónica de la metáfora que alude al pueblo como una bestia más allá del lenguaje a la que sólo cabe dominar, se halla en República VI. Allí se lee: “… esos simples particulares mercenarios que el pueblo llama sofistas y a quienes mira como sus rivales no enseñan otra cosa que los principios profesados por el mismo pueblo (:o multitud) en sus asambleas y a eso llaman sabiduría. Es como si alguien observara los movimientos instintivos y los apetitos de un animal grande y robusto (: una bestia grande y fuerte), y después de haber estudiado el mejor modo de acercársele y tocarlo, en qué ocasiones y por qué causas es feroz o apacible, con qué diferentes rugidos acostumbra hacerse entender (: qué sonidos acostumbra emitir y en qué ocasiones) y cuáles son las voces (: los sonidos) que lo amansan o lo irritan, después de haber estudiado esto, digo, a fuerza de experiencia y de tiempo, lo tuviera por sabiduría y, como quien ha compuesto un arte, se dedicara a enseñarla, sin tener ninguna regla segura para discernir en esos instintos y apetitos lo hermoso y lo feo, lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, conformándose en su juicio con las apreciaciones del animal (: gran animal), y llamando bueno todo lo que le causa placer (: lo regocija) y malo todo lo que lo irrita (: lo oprime), incapaz, por otra parte, de justificar con razones su parecer, y confundiendo lo justo y lo hermoso con las necesidades de la naturaleza, porque no ha comprendido cuánto difiere realmente la naturaleza de lo necesario y de lo bueno” (República, 493a-c). Los rugidos y sonidos a los que se halla circunscripta, definen la inscripción de la bestia democrática en el puro reino de la necesidad, en el régimen elemental del placer y del dolor, y la inhiben de comprender lo justo, lo hermoso y lo bueno. Una metáfora que se repite a lo largo de las épocas y de las lenguas acaba convirtiéndose en mito; es lo que sucede con ésta del pueblo como bestia sensible. Entre muchos otros, Horacio la retoma en latín: “Pueblo Romano [...] eres una bestia de muchas cabezas” (Epístola I); Robert Burton en inglés: “toda multitud es demente, una bestia de muchas cabezas que se precipita e irrumpe sin juicio, animal insensato, populacho bramante” (Anatomía de la melancolía); Voltaire en francés: “saber seducir, adular a la hidra del pueblo” (Mérope); José María Ramos Mejía en español: “La multitud es sensual, arrebatada y llena de lujuria por el placer de los sentidos. No raciocina, siente” (Las multitudes argentinas).