INVESTIGADORES
SAPERE Analia Veronica
congresos y reuniones científicas
Título:
Oralidad, escritura y performance en el mundo griego arcaico: una reflexión a partir de la epigrafía
Autor/es:
ANALÍA SAPERE
Lugar:
La Plata
Reunión:
Jornada; V Jornadas de Investigación Sobre Sociedades Precapitalistas; 2023
Resumen:
Las investigaciones sobre oralidad y escritura en Grecia antigua generan todavía hoy grandes interrogantes entre los especialistas. Las reflexiones en torno a la épica griega, específicamente las surgidas de la cuestión homérica, son probablemente las más extendidas al respecto, en virtud del peso cultural de las obras. Los nombres de Milman Parry y Albert Lord son los primeros que surgen al hablar del tema. Parry forjó durante los años veinte y treinta del siglo pasado su hipótesis de que los poemas homéricos eran producto de la composición oral. Las fórmulas, repeticiones y epítetos forman parte, según esta teoría, de la manera en que el aedo lleva a cabo su labor creativa en el mismo momento de la performance. Desde la hipótesis de Parry y Lord, se abrió una nueva perspectiva de análisis (cf. Hoekstra, 1957, 1964; Kirk, 1962, 1964, 1966; Hainsworth, 1968, 1970, 1981; Vansina, 1973; Henige, 1974; Stolz-Shannon, 1976; Finnegan, 1977; Smith, 1977; Fenik, 1978; Foley, 1981; Davies, 1981; West, 1981; Finnegan, 1988, etc.) que dio paso a abandonar los prejuicios de los especialistas, que anclaban sus estudios desde el propio contexto letrado, para empezar a pensar en la enorme importancia de la oralidad en las sociedades antiguas, sin que esto implicara menospreciar el valor cultural o literario de dichas sociedades. Rosalind Thomas (1993) reflexiona sobre la crisis que significa la teoría de Parry-Lord para los estudios sobre la literatura griega arcaica, sugiriendo que la metodología de análisis no puede seguir siendo la que se emplea para la literatura escrita, pues los aspectos performativos de la composición oral tienen reglas propias. A partir, entonces, de este cambio de perspectiva, las investigaciones actuales sobre Grecia antigua tienden a centrarse en el peso de la circulación oral de la literatura incluso para períodos muy posteriores a la introducción de la escritura alfabética. La riqueza de estos análisis es clave para entender, entonces, la profunda imbricación entre oralidad y escritura en el mundo griego, tal como la abordaremos en nuestro trabajo. La propuesta de Walter Ong (1982, 1986) también ha colaborado con el enfoque que tiende a poner el interés en los dispositivos orales de las sociedades antiguas. A partir de una distinción entre lengua oral como “natural” y escritura como “tecnología” (y, por ende, secundaria), Ong plantea que la escritura transforma el habla y, en consonancia, el pensamiento, de allí que se dedica a estudiar cómo las “tecnologías de la palabra” impactan en la forma en que los hombres se relacionan con el conocimiento y con las formas de plasmar (y pensar) la realidad. Para el caso concreto de Grecia contamos asimismo con el aporte de Eric Havelock (1963, 1982, 1986), quien entiende que la cultura griega de los siglos VI y V a. C. está basada en la transmisión oral y, por ende, moldea su pensamiento sobre la base de ello (linealidad, estructuración simple, estructuras paratácticas, fórmulas, repeticiones), mientras que hacia el s. IV, cuando ya se ha afianzado la práctica escrita, aparece una nueva forma de pensamiento, basada en la manera en que la escritura organiza contenidos y, por ende, pensamientos (simultaneidad, mayor complejidad, hipotaxis). La postura de Havelock ha sido cuestionada, fundamentalmente por su determinismo y por el hecho de establecer una división extremadamente categórica entre oralidad y escritura (cf. O’Donnell, 1998; Finkelberg, 2007, entre otros), pero su influencia en la tradición posterior es innegable (cf. Olson, 1994; Olson y Torrance, 1998, etc.). En los últimos tiempos, Gregory Nagy es uno de los autores más prolíficos sobre la cuestión. Su campo de estudio privilegiado es el de la poesía épica (1990, 1996, 2003, 2004, etc.), en la que profundiza aquellos aspectos estudiados por Parry y Lord, proponiendo un sistema de creación poética en el que composición y performance son dos facetas completamente indisociables. Para Nagy, a su vez, el aedo, en cualquiera de sus interpretaciones, lleva a cabo una (re)creación de la composición poética (incluso si ésta ha sido previamente escrita) y en esa performance se da una suerte de nueva composición, por lo que se borra el concepto de “originalidad” tal como lo entendemos.