INVESTIGADORES
CHEIN Diego Jose
congresos y reuniones científicas
Título:
Las relaciones entre identidades y alteridades desde un modelo no subjetivista de las subjetividades sociales
Autor/es:
ANDREA PAOLA CAMPISI; DIEGO JOSÉ CHEIN
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; XXVII Congreso Alas 2009; 2009
Institución organizadora:
ALAS - Facultad de Ciencias Sociales de la UBA
Resumen:
El aporte de nuestra ponencia en la presente mesa se propone dar cuenta de las variadas, complejas y múltiples relaciones que pueden establecerse entre “identidad” y “alteridad” si atendemos a la especificidad de los casos concretos.             En el ámbito de las ciencias sociales, se ha vuelto dominante una perspectiva de los fenómenos identitarios tendiente a concebir las identidades como categorías que se determinan en relaciones de dependencia necesaria y de mutua oposición con las alteridades. El presupuesto semiótico de que los significados se definen en relación de oposición ha permeado el estudio de las identidades desde distintas perspectivas y disciplinas: estructuralismo-postestructuralismo; Sistémica; Subjetivista, psicológica, etc.             Frente a este presupuesto semiótico, traemos a discusión un punto de partida diferente en la concepción de los “significados”: el sentido se define, antes que por relaciones de mutua oposición dentro de un sistema, en directa articulación con los contextos de acción e interacción específicos. Siguiendo esta línea de pensamiento, nuestro punto de partida para explicar la acción social es el estudio de las subjetividades sociales (que no pueden reducirse ni a la conciencia ni al discurso). Asimismo, concebimos a las identidades como auto-adscripciones de los agentes a determinados grupos. Las alteridades remiten a categorías con las que los agentes clasifican y conciben colectivos sociales como ajenos. En consecuencia, no puede presumirse a priori ningún tipo de génesis conjunta y biunívoca ni relación de interdependencia a priori entre identidades y alteridades.             Frente a este presupuesto semiótico, traemos a discusión un punto de partida diferente en la concepción de los “significados”: el sentido se define, antes que por relaciones de mutua oposición dentro de un sistema, en directa articulación con los contextos de acción e interacción específicos. Siguiendo esta línea de pensamiento, nuestro punto de partida para explicar la acción social es el estudio de las subjetividades sociales (que no pueden reducirse ni a la conciencia ni al discurso). Asimismo, concebimos a las identidades como auto-adscripciones de los agentes a determinados grupos. Las alteridades remiten a categorías con las que los agentes clasifican y conciben colectivos sociales como ajenos. En consecuencia, no puede presumirse a priori ningún tipo de génesis conjunta y biunívoca ni relación de interdependencia a priori entre identidades y alteridades. Desde un recorrido por algunos ejemplos de nuestras investigaciones, nos proponemos explorar la multiplicidad de relaciones diferentes que pueden establecerse entre identidades y alteridades. La especificidad de esas relaciones nos permite profundizar en comprensiones y explicaciones más adecuadas de los fenómenos sociales concretos. Estimamos que, atendiendo a esta variedad de relaciones, se pueden comenzar a desplegar nuevas categorías teóricas capaces de capturar la dinámica propia de los fenómenos sociales y de articular explicaciones más eficaces de las practicas sociales. Anunciamos, a continuación, algunas de las distinciones conceptuales que nos proponemos ilustrar y apoyar mediante los ejemplos. La alteridad, concebida en relación necesaria de oposición con la identidad, puede designar al menos dos fenómenos que conviene distinguir: la existencia de otros que no forman parte del grupo identitario de pertenencia (en tales casos, por lo general, no existe en las subjetividades sociales una categoría positiva que la comprenda); y la alteridad como una categoría, efectivamente presente en las subjetividades sociales, mediante la cual se designa un grupo como ajeno. Asimismo, en el segundo caso, cabe tanto la posibilidad de que la alteridad sea concebida en relación con una identidad propia o, sencillamente, que no sea así. Para el primer caso, dado que no se trata de una condición necesaria, ensayamos algunas hipótesis teóricas tendientes a explicar por qué identidad y alteridad se conciben en relación de mutua implicación. Más aún, incluso en esta situación particular, asumir que identidad y alteridad se definen en relación de oposición, puede reducir y homogeneizar otras múltiples formas de relaciones, tales como en el caso de la relación de complementariedad.