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En la Argentina de veinte años atrás era poco probable que los estudios en torno a familia, negocios y empresas integraran la agenda de la historiografía económica contemporánea. Basta reparar en los balances realizados por los historiadores económicos a fines de los años ochenta para advertir que en ningún caso la problemática tenía eco historiográfico. Si en la actualidad, los ámbitos académicos están en condiciones de promover un balance sobre esa tríada de categorías en la renovación de los estudios económicos, las razones de su inclusión deberán buscarse en las novedades ofrecidas por un abanico de ejercicios empíricos que en ella inspirados, han permitido complejizar y, en algunos casos, corregir algunas imágenes consagradas por la literatura económica. Aunque también convendría acordar que si familia negocios y empresa tienen hoy desarrollo en la historiografía económica referida al caso argentino, la novedad no supone solo un desplazamiento teórico y metodológico de visiones macro a las micro, o un deslizamiento de lo cuantitativo a lo subjetivo dirigido por un giro interpretativo. Su desarrollo se explica ante todo en la formulación de nuevas preguntas que confluyeron sobre viejos temas, en las nociones y procedimientos que organizan las investigaciones y en la naturaleza de las fuentes utilizadas que permitieron acceder a fenómenos poco o mal conocidos. Propongo entonces trazar un recorrido posible (entre otros desde luego) en torno a algunos núcleos de interés a partir de una exploración sobre un repertorio de investigaciones significativas para mostrar la variedad de resultados, sus conexiones con problemas historiográficos clásicos y los hallazgos obtenidos a partir del uso de estos instrumentos analíticos que abrieron senderos poco antes explorados.

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