Primer esqueleto de Palaeospheniscus patagonicus (Aves, Spheniscidae).

ACOSTA HOSPITALECHE, C .; CASTRO, L.; SCASSO, R.; TAMBUSSI, C.

Córdoba

Congreso; 9º Congreso Argentino de Paleontología y Bioestratigrafía.; 2006

Palaeospheniscus patagonicus Moreno y Mercerat, 1891 es un pingüino mediano conocido para el Mioceno temprano de Chubut (Argentina) muy común en los sedimentos de la Formación Gaiman. Era coetáneo y simpátrico con las otras dos especies del género, P. bergi y P. biloculata, de menor y mayor tamaño respectivamente y con Eretiscus tonni, el pingüino mioceno más pequeño hasta ahora conocido. Aunque el holotipo de P. patagonicus es un tarsometartarso aislado, diferentes autores realizaron asignaciones tentativas de distintas partes del esqueleto e.g. húmeros. El hallazgo de un esqueleto parcial que indudablemente pertenece a P. patagonicus nos permite conocer y diagnosticar por primera vez, otros huesos del esqueleto diferentes al tarsometatarso de manera confiable. Los materiales (MPEF-PV 3069-3082) depositados en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (Trelew) incluyen: rostro, 2 vértebras torácicas, coracoides derecho sin el extremo distal, húmero izquierdo, fémur derecho, tarsometatarso derecho, fragmento de escápula izquierdo, coracoides izquierdo, radio izquierdo sin el extremo distal, porción proximal de ulna izquierda, extremo proximal de fémur izquierdo y porción preacetabular del sinsacro con cinco vértebras conservadas. Proviene del sector basal de la Formación Gaiman (Mioceno Temprano) a 6 km al S de Playa Santa Isabel, en el área de Rawson (provincia de Chubut). Regionalmente, la formación está representada por una secuencia granocreciente de pelitas, tufitas finas, areniscas tobáceas y coquinas depositada en un ambiente marino poco profundo. Contiene abundantes restos de vertebrados marinos (dientes de tiburón, delfines y rayas, aves), moldes de bivalvos y bancos de ostras. Las capas suelen ser masivas y presentan intensa bioturbación, correspondiente a la icnofacies de Cruziana. Sobre el nivel de restinga la columna comienza con 5 m de pelitas blanco amarillentas, masivas y friables, con bioturbaciones. Presentan concreciones fosfáticas de 2 a 10 cm de diámetro con formas discoidales y restos fósiles. Por encima se observa un nivel de 2 m de una arenisca fina friable blanco amarillento portador de los restos aquí presentados. Sobre éste, se observa uno de Ostrea en posición de vida. Los siguientes caracteres del tarsometatarso comparados con las especies patagónicas extinguidas permitieron su asignación a Palaeospheniscus: índice de elongación mayor a 2, (en Paraptenodytes y Madrynornis es menor o igual a 2), sulcus longitudinalis dorsalis lateralis y medialis poco profundos, especialmente el medialis, que ocupa menos de la mitad de la facies cranialis, metatarsal II más deprimido (respecto a Paraptenodytes y Madrynornis), incisura intertrochlearis lateralis más proximal que la medialis, foramen vasculare proximale laterale abierto lateralmente a las crestas del hipotarso (en Paraptenodytes y Eretiscus el foramen vasculare mediale muy reducido y nunca abierto sobre la facies caudalis), crista lateralis hypotarsi menos desarrollada que la medialis y dividida por un pequeño surco longitudinal, crista intermediae hypotarsi débil, reborde lateral afilado y dirigido hacia la facise caudalis. La longitud del tarsometatarso (41 mm) permite asignarlo a P. patagonicus. En el húmero se observan: angulus preaxialis bien desarrollado (como en P. biloculata, es pequeño en Paraptenodytes y Madrynornis), crus dorsale (ausente en Paraptenodtes y Arthrodytes) dividiendo la fossa tricipitalis en dos cavidades desiguales, fosa sobre el tuberculum ventrale laterocraneal, (es lateral en Paraptenodytes, Arthrodytes y Madrynornis), sulcus ligamentosus transversus separado en dos (como en Madrynornis y Palaeospheniscus), la más interna más profunda y dividida de la incisura capitis por un tabique, configuración de los procesos trocleares de tipo no-Spheniscus, (de tipo-Spheniscus en Paraptenodyteses), ángulo troclear grande (como en P. biloculata, es pequeño en Paraptenodytes y Madrynornis). A pesar de la abundancia de pingüinos registrados para la Argentina, y de ser uno de los grupos de aves con mejor representación fósil, estos materiales constituyen un caso poco frecuente. Es el cuarto esqueleto parcial y apenas el tercero con húmeros y tarsometatarsos asociados hallado en la Patagonia (Acosta Hospitaleche, 2005; Acosta Hospitaleche et al., en prensa). Además, permite realizar la primera asignación indudable de restos a P. patagonicus diferentes al tarsometatarso y en tal sentido, permite corroborar o ajustar los criterios clasificatorios aplicables en las especies fósiles y actuales.