INVESTIGADORES
PETRINOVIC Ivan Alejandro
congresos y reuniones científicas
Título:
Volcanismo Paleogeno-Neogeno y su relación con la tectónica en la región central de la Puna (~ 24º S)
Autor/es:
PETRINOVIC; HONGN; DEL PAPA
Lugar:
Jujuy
Reunión:
Congreso; XVII CGA; 2008
Institución organizadora:
AGA
Resumen:
En la actualidad se acepta que la orogénesis andina comenzó en el Paleógeno tanto en Perú, Chile, Bolivia (Tawackoli et al. 1996; Horton y DeCelles 1997; Voss 2002) como en el norte de Argentina (Kraemer et al. 1999; del Papa et al. 2004) por lo que al menos la etapa inicial de deformación fue aproximadamente sincrónica tanto en la región del Altiplano como en los bordes oriental y occidental de la Puna (Hongn et al. 2007). Asimismo, se ha postulado la migración del magmatismo desde el Oligoceno Superior hacia el Este -en la región de la Puna- como consecuencia de cambios en la angularidad de la placa subducida (Coira et al. 1993; Allmendinger et al. 1997; Kay et al. 1999). De éste modo se tiene un escenario aproximadamente simétrico en la deformación y una concentración en el borde occidental del magmatismo y su posterior migración hacia el este hasta el Mioceno Medio. No obstante, el cambio en el ángulo de la placa no debiera ser el único factor que gobierne la posición y geometría de un arco volcánico (Trumbull et al. 2006), dada la multiplicidad de factores que intervienen en su formación (disponibilidad de magma en profundidad, variaciones y localización del campo de esfuerzos, estructuras favorables, etc.). Por esto, consideraremos la intensidad y estilo de deformación y su rol en el transporte de magma hacia la superficie como uno de los factores más importantes en la concentración de actividad magmática en una zona de arco. A tal fin, analizaremos los rasgos principales de la deformación inicial y sincrónica en ambos márgenes del plateau, y la distribución del magmatismo en los Andes Centrales, al sur del paralelo 24º S. En ésta porción de los Andes, el eje magmático en el lapso Eoceno-Mioceno Inferior coincide aproximadamente con el margen occidental de la Puna, pero en el Mioceno Medio Superior la actividad se trasladó mayoritariamente al borde oriental de la Puna. La proto-Puna se conformó al menos desde el Eoceno y tuvo como límite oeste el arco magmático eoceno (Oncken et al. 2006) y como límite este la proto-cordillera Oriental (Coutand et al. 2001; Haschke et al. 2005, Hongn et al. 2007). El borde occidental estaba caracterizado por una intensa transpresión que exhumaba más de 4 Km. de roca en la cordillera de Domeyko (Maksaev and Zentilli 1999) a través de un conjunto de fallas inversas regionales con componentes variables de desplazamiento de rumbo. En el borde oriental -transición con la proto-cordillera Oriental- dominaban estructuras que generaron durante este período relieves desde incipientes a moderados -producto de fallas con vergencia occidental- de menor ángulo (Hongn et al. 2007) que las homólogas occidentales (Mpodozis et al. 2005). La situación en el límite entre la proto-Puna y la proto-cordillera Oriental, cambió a partir del Mioceno Medio. El análisis de la cuencas sedimentarias en el Valle Calchaquí revela el dominio de áreas fuentes ubicadas exclusivamente hacia el oeste producto del levantamiento de los bloques de basamento de la Puna por sobre el Valle Calchaquí. Este alzamiento está bien documentado en el registro sedimentario (Coutand et al. 2006; del Papa et al. 2008) y también por edades de exhumación entre 20 y 16 Ma obtenidas en la transición Puna-Valles Calchaquíes (bloques de Oire y Luracatao; Hashcke et al. 2005). Esta elevación de la Puna, fue coetánea con la instalación de centros magmáticos en su margen oriental, tal como lo atestigua la aparición de clastos volcánicos miocenos en la secuencia media-superior de las cuencas del valle Calchaquí (del Papa et al. 2008) y la presencia de centros volcánicos y subvolcánicos a partir de los 17 Ma y con clímax a los 12-13 Ma. Estos centros magmáticos no delinean los corrimientos principales, sino que se ubicaron sobre fallas conjugadas de rumbo oblicuas a los valles intermontanos delimitados por fallas inversas divergentes. La situación tectono-magmática, es similar a aquella ocurrida en el Eoceno Superior en el margen occidental de la Puna (transpresión, levantamiento regional y complejas relaciones entre corrimientos y fallas de rumbo: Mpodozis et al. 2005). Por esto, estimamos que la ausencia de manifestaciones magmáticas eoceno superior-oligocenas en el borde oriental de la Puna (en su límite con la proto-cordillera Oriental), refuerza la hipótesis de una deformación más superficial y menos intensa que en el borde occidental, hecho que cambiaría a partir del Mioceno Medio. Esta redistribución espacial y cambio de condiciones de la deformación estaría vinculada con los procesos que conducen al espesamiento cortical y levantamiento final del plateau, tiempo que coincide con la intensificación de la actividad magmática sobre el borde oriental. De lo expuesto, surge que las diferentes condiciones de deformación en ambos márgenes del plateau podrían ser una explicación adicional a la hipótesis del cambio de angularidad en la placa subducida para la ocurrencia y  migración del volcanismo Paleógeno-Neógeno.