INVESTIGADORES
GALLEGO Oscar Florencio
congresos y reuniones científicas
Título:
Los invertebrados continentales del Jurásico de la Argentina: su historia, registros e importancia
Autor/es:
MONFERRAN, M.D.; JIMÉNEZ, V.C.; GALLEGO, O.F.
Lugar:
La Plata
Reunión:
Simposio; VIII Simposio Argentino del Jurásico; 2023
Institución organizadora:
Museo de Cs. Naturales de La Plata
Resumen:
Las citas y menciones de la presencia de invertebrados continentales, en particular “conchostracos” (mencionados como Estheria spp.), en las secuencias jurásicas de la Argentina se remontan a principios del siglo XX (1913, 1924) con los aportes de G. Delhaes y A. Windhausen (Gallego 1994). A estos se suman aportes de A. Piatnisky, E. Feruglio, J. Frenguelli, P.N. Stipanicic, O. Reig, R. Herbst, G. Chebli, J.M. Cortés y E.A. Musacchio, Tasch y Volkheimer y Vallati. Los registros de invertebrados continentales jurásicos de la Argentina provienen principalmente de dos grandes áreas geográfico-geológicas, el Chubut Extraandino (Chubut) y el Macizo del Deseado (Santa Cruz). En estas regiones las unidades portadoras de esta fauna son, en particular, las formaciones Cañadón Asfalto (Jurásico Medio a Superior) y La Matilde (Jurásico Medio). Así, la biota de invertebrados continentales jurásicos se encuentra compuesta de manera general por representantes de dos grandes grupos, Arthropoda y Mollusca (ver Fig. 1). Dentro del primero, el registro más abundante corresponde a los denominados “conchostracos” (crustáceos branquiópodos, clam shrimps), además de insectos y otros crustáceos como ostrácodos, muchos de ellos aún inéditos. Entre los moluscos, el grupo más ampliamente registrado son los bivalvos uniónidos (Morton y Herbst 2001, Monferran et al. 2023) y en menor medida los gastrópodos. De este modo, hasta el momento se conocen alrededor de: 30 especies y morfotipos de crustáceos branquiópodos; 30 especímenes de insectos; nueve especies y morfotipos de bivalvos; tres especímenes de gastrópodos; ocho especies de ostrácodos; dos especímenes correspondientes a isópodos y peracáridos; y diez icnoespecies (trazas fósiles de insectos, capullos de tricópteros).En general, la fauna de artrópodos fósiles jurásicos es menos conocida que la registrada para el Triásico y Cretácico. Además, la mayoría de los grandes depósitos con contenidos de insectos para el Jurásico están en el Paleártico con difícil acceso y que el registro de insectos jurásicos en Gondwana es escaso y requiere de una exploración significativa. La importancia de los registros de invertebrados jurásicos continentales en Argentina fue destacada desde los aportes de Gallego (1994), Martins-Neto y Gallego (1994, 1999), Gallego y Martins-Neto (1999), Musacchio et al. (1990), Ballent y Díaz (2011), Monferran et al. (2020, 2023) y Gallego et al. (2021), con diferentes puntos de vista orientados a cuestiones paleogeográficas, paleoecológicas y taxonómicas. Por ejemplo, la presencia de especies particulares de espinicaudados (e.g., Carapacestheria taschi) y ostrácodos (Penthesilenula sarytirmenensis) ha permitido correlacionar con otras unidades geológicas coetáneas y proponer modelos paleogeográficos. Por otra parte, los invertebrados jurásicos y sus abundantes poblaciones han permitido realizar estudios de morfometría y, más recientemente, estudios geoquímicos que han logrado caracterizar la composición química de los restos hallados y comprender los procesos tafonómicos involucrados en su preservación (Monferran et al. 2018). Generalmente los artrópodos se preservan como impresiones o compresiones en rocas pelíticas, la coloración del fósil varía entre amarillo, anaranjado, marrón y/o negro, tal diversidad se encuentra vinculada a los cambios químicos experimentados por la cutícula durante la diagénesis (Jiménez et al. 2021). Sin embargo, también se han encontrado restos de apéndices y mandíbulas tridimensionalmente silicificados en depósitos de chert en el Macizo del Deseado (Massini et al. 2016). Los ostrácodos y moluscos están conservados como moldes o impresiones.Por último, se destaca la presencia de representantes de peracáridos e isópodos pocos habituales en los registros mundiales. Sin embargo, la diversidad de invertebrados conocida hasta ahora para el Jurásico continental de la Argentina es aún escasa (sobre todo en insectos), y a lo largo de los últimos años se han descrito algunas nuevas especies de “conchostracos”, aunque mucha de la fauna mencionada permanece aún inédita.