INVESTIGADORES
ALUCIN Silvia Vanesa
congresos y reuniones científicas
Título:
“Las significaciones del concepto ciudadanía en las políticas educativas”
Autor/es:
ALUCIN, SILVIA
Lugar:
Santiago del Estero
Reunión:
Encuentro; Encuentro de Jóvenes Investigadores/10; 2010
Institución organizadora:
FUNDACIÓN EL COLEGIO DE SANTIAGO / CONICET /FHCSYS- INDES- UNSE
Resumen:
El presente trabajo es parte de una investigación que lo trasciende, llevada a cabo para la tesis de doctorado en Ciencias Antropológicas, acerca de la construcción de ciudadanía y la transmisión de lo político en la educación media, en escuelas públicas de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. En esta oportunidad recortamos el enfoque al análisis del discurso político educativo, planteando como objetivo el estudio de las significaciones de ciudadanía encarnadas en el mismo. Para realizar dicha tarea analizaremos la normativa legal de la actual gestión educativa, documentos publicados, discursos públicos y también las actividades y programas en los que la construcción de ciudadanía aparece como objetivo. Tomamos la noción de discurso trabajada por Laclau y Mouffe como totalidad significativa que trasciende la distinción entre lo lingüístico y lo extra-lingüístico. En este enfoque la capacidad de significar no se limita al lenguaje hablado y escrito, sino que involucra diversos tipos de actos, objetos, relaciones y medios que, mediante algún símbolo, evoquen un concepto. En este sentido el campo de lo discursivo se superpone con el campo de las relaciones sociales, las mismas no pueden determinarse fuera de la estructura simbólica e imaginaria que las define. Consideramos que el concepto ciudadanía es múltiple, dinámico, intersubjetivo y está sociohistóricamente construido, el mismo tiene una historia antigua y una moderna, esta última es la que nos atañe. En un principio la noción conceptualizada por el liberalismo recae sobre el status jurídico y la pertenencia a una comunidad política, en los derechos y obligaciones proyectados como dispositivos universales de igualdad. A partir de 1949, con la definición acuñada por Marshall, se amplia la ciudadanía, incluyendo derechos civiles, políticos y sociales. En la década el ‘70 los debates en torno al concepto se desplegaron entre liberales y comunitaristas. En los últimos años, como plantea Garreton, se produjo un giro conceptual que limitó a la ciudadanía a un conjunto de derechos individuales, las transformaciones económicas de tipo neoliberal impregnaron allí su sello de individualismo ligado al consumo y al mercado. Planteamos -siguiendo a Barry Clarke- que una ciudadanía plena es el accionar de todo ciudadano en distintos espacios que no se remiten exclusivamente al Estado, de esta manera el centro de la política ya no es estatal, abriendo sus posibilidades de significación a todo aquello que implique la participación en una actividad compartida. La tarea que nos queda es determinar si existen verdaderas posibilidades en las prácticas educativas actuales para lograr formar ciudadanos plenos. La construcción de ciudadanía ha ocupado siempre un lugar de vital importancia en las políticas educativas y es una temática que ha sido ampliamente abordada desde varias disciplinas. Estos aportes nos enfrentan con una paradoja que lleva más de un siglo irresuelta, la intención y el proyecto de formar ciudadanías es tan antigua en la escuela como su pretendida neutralidad ideológica. Todas las prácticas educativas suponen un determinado concepto de hombre y de mundo, por ende toda educación es política. En la escuela se transmiten determinadas concepciones y experiencias de lo político que cimientan la edificación de cierto tipo de sujeto. Este procedimiento es histórico y se encuentra atado a variaciones en los contenidos y objetivos específicos, según los requerimientos de la conducción estatal de cada época. En los inicios del sistema educativo se buscaba construir una ciudadanía homogénea que diera sustento al Estado-Nación en consolidación, la misma era de carácter restringido. Durante el Peronismo el aparato escolar fue utilizado como espacio de formación política. En los `70 comienza a criticarse la escuela como ente disciplinador, represor, reproductor del régimen social hegemónico, dicho proceso se ve eclipsado por la dictadura de 1976. En la década del ‘80 se reabre, iniciándose un proceso de democratización, pero en estos años no se llega a generar una reforma educativa estructural, la misma es efectuada en 1993, bajo la hegemonía del neoliberalismo, estimulando la disminución de inversiones y la reducción de las estructuras estatales. En estos momentos vivimos una nueva instancia de reforma educativa, inaugurada en el 2006 con la sanción de la ley 26.206, el proceso de cambio es coetáneo a esta reflexión, por lo cual la misma no puede posar la mirada en resultados consolidados sino en el proceso mismo, desde esa posición es que nos proponemos analizar los sentidos atribuidos a la ciudadanía en el discurso político educativo actual. Partimos de una hipótesis, en la misma sostenemos que el proyecto de ciudadanía de la actual gestión educativa nacional y provincial intenta diferenciarse del anterior plasmado en la Ley Federal de Educación, en cual se alentaba a la producción y reproducción de un ciudadano sumiso y eficiente como trabajador y cliente, con un discurso que estimula la participación en pos de una ciudadanía plena. Aunque, sin resolver las condiciones sociales, laborales, presupuestarias, económicas y culturales que afectan a la escuela secundaria el proyecto pierde posibilidades de concreción. Los modelos de construcción de ciudadanía se enfrentan con las condiciones reales de ciudadanía, éstas se materializan en instancias educativas particulares que varían en relación a cada contexto social, económico y cultural de la escuela, de los docentes y de los estudiantes.