INVESTIGADORES
BENITO MOYA Silvano Gabriel Antonio
capítulos de libros
Título:
La influencia del positivismo e historicismo: el debate por la "veracidad" del fundador de la Universidad Nacional de Córdoba (1913-1925)
Autor/es:
SILVANO G. A. BENITO MOYA
Libro:
La Escritura de la Historia. Una mirada sobre las prácticas y los discursos de los historiadores de Córdoba (Argentina)
Editorial:
Centro de Estudios Históricos "Prof. Carlos S. A. Segreti"
Referencias:
Lugar: Córdoba; Año: 2002; p. 149 - 182
Resumen:
En el debate que tuvo lugar entre 1913, fecha de conmemoración del tricentenario de la Universidad Nacional de Córdoba hasta 1925, participaron historiadores como, José María Liqueno, Antonio Rodríguez del Busto, Enrique Martínez Paz a los que se sumaron luego otros. El mismo se centró en determinar si el obispo Fr. Fernando de Trejo y Sanabria había sido el fundador de la Universidad y, si la misma había existido desde la fecha sostenida tradicionalmente (1613). Liqueno se esforzó por demostrar la inspiración de Trejo para fundar la Universidad y la donación que de todos sus bienes había realizado para llevarla a cabo. A la palestra le salió Antonio Rodríguez del Busto, quien trató de rebatir mediante un lenguaje jurídico y silogístico, las conclusiones arribadas por su contrincante. Para él el prelado no habría sido el fundador de la Universidad, pues el colegio existía en manos de la Compañía de Jesús antes de que Trejo y Sanabria donara todos sus bienes y, además, sólo había habido Universidad en Córdoba a partir de una real cédula de Carlos IV del año 1800.  Ante esta situación, la fundación episcopal fue defendida nuevamente por Enrique Martínez Paz y Pablo Cabrera. Estos autores pusieron fin a la polémica, ya que Rodríguez del Busto, no conocemos haya vuelto a contraatacar. Mediante el estudio de este debate hemos podido arribar a la conclusión que, no obstante estos autores realizar una crítica del positivismo comtiano,  no pudieron escapar al influjo que esta escuela representó para la escritura de la historia, al menos en sus postulados esenciales: la fuente escrita como único elemento de prueba, la confianza, a veces infantil, en la veracidad de los hechos narrados en el documento, las largas transcripciones documentales sin ningún tipo de comentarios, considerando sacrílega la intervención activa del historiador sobre los testimonios del pasado. Quizá el hecho más destacado sea,  el enorme y a veces sorprendente movimiento historiográfico en la Córdoba de principios del siglo XX, el interés académico en ello y el que los historiadores de entonces no fueran meros cronistas sino hombres comprometidos y para nada callados cuando debían discutir sobre algún tema.