INVESTIGADORES
FERNANDEZ Maria Del Carmen
congresos y reuniones científicas
Título:
Efecto del sodio y de la urea sobre el metabolismo lipídico en células epiteliales renales.
Autor/es:
WEBER, KAREN; CASALI, CECILIA IRENE; FAGGIONATO, DANIELA; FERNANDEZ , MARIA DEL CARMEN
Lugar:
CABA
Reunión:
Jornada; V JORNADAS DE BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR DE LIPIDOS Y LIPOPROTEINAS; 2012
Resumen:
Las células de la papila renal están expuestas a altas osmolaridades debido al sistema de concentración de la orina. Para poder sobrevivir en esas condiciones adversas, las células poseen distintos mecanismos de protección y adaptación. Hemos demostrado que la papila renal posee la mayor síntesis y recambio de fosfolípidos (PL), los que contribuyen a preservar la membrana y la por lo tanto viabilidad celular. Además hemos demostrado que la osmolaridad regula el metabolismo fosfolipídico. Teniendo en cuenta que la síntesis de PLs requiere el aporte de ácidos grasos, quisimos estudiar los niveles de triglicéridos (TG) presentes en el riñón y su relación con la síntesis de PLs. Para esto determinamos los niveles de PLs y TGs en las distintas zonas del riñón y en la línea celular renal MDCK crecidas en cultivo durante 24, 48, 72 y 96 h en distintas osmolaridades desde 298 a 520 mOsm/kgH2O. Los lípidos se extrajeron por Bligh-Dyer y las especies lipídicas se separaron por TLC. La corteza renal (isoosmolaridad) posee el más alto contenido de PL pero el menor de TG y síntesis de PL. Al contrario la papila renal posee el menor contenido de PL y el mayor contenido en TG y síntesis de PL. Las células MDCK, aumentan significativamente su contenido de PL y TG al aumentar la hipertonicidad. Este aumento depende del tiempo de incubación y de la hiperosmolaridad del medio y del soluto utilizado. El aumento de TG en hiperosmolaridad se correlacionó con el aumento en el número y tamaño de los cuerpos lipídicos (reservorios celulares de TGs). Estos resultados muestran claramente que la hiperosmolaridad ambiental regula el metabolismo lipídico en las células del riñón también demuestra que es el sodio y no la urea que se encuentra encargado de dicha regulación.