INVESTIGADORES
JENSEN Silvina Ines
congresos y reuniones científicas
Título:
Los núcleos del independentismo catalán de Buenos Aires ante el arribo de los exiliados y la lucha contra el régmen franquista (1939-1950)
Autor/es:
SILVINA JENSEN,
Lugar:
Centre d´Estudis Internacionals, Universitat de Barcelona
Reunión:
Congreso; Congrés internacional: La dictadura franquista: la institucionalizació d´un régimen.; 2010
Institución organizadora:
Centre d´Estudis Internacionals, Universitat de Barcelona
Resumen:
Tras el fracaso del golpe militar encabezado por el general Francisco Franco y en los meses iniciales de la guerra civil española, el director de la revista Ressorgiment de Buenos Aires (Septiembre 1936), Hipólit Nadal i Mallol, hacía un llamado a la colectividad catalana alertando sobre el peligro de la hora, que podía o bien conducir a Cataluña a un horizonte de libertad política y de independencia total, o bien podía ponerla bajo el yugo de una dictadura fascista que tenía la pretensión de hacer desaparecer hasta el nombre propio y la lengua del país. La gravedad de lo que se estaba viviendo exigía una responsabilidad superlativa y ésta implicaba un claro posicionamiento frente al alzamiento castrense. A principios de la década de 1940, Pere Más i Perera señalaba que la colonia catalana en Argentina ascendía a 50.000 ó 60.000 personas, entre nacidos en Cataluña y descendientes, siendo mayoritariamente emigrados por razones económicas o expatriados huidos de las levas militares y unos pocos cientos arribados como consecuencia de la derrota de Cataluña en 1939. Sin embargo, pese a que el volumen de exiliados políticos catalanes en Argentina fue exiguo en comparación con otros países latinoamericanos e incluso con el vecino Chile, la presencia de la comunidad catalana de Buenos Aires no resulta desdeñable tanto a nivel de las iniciativas políticas y culturales que impulsó en su lucha contra el franquismo, como de la participación en los debates patrióticos del exilio en la inmediata posguerra civil. De hecho, los pocos exiliados que lograron burlar la rígida política inmigratoria argentina, contraria al ingreso de refugiados europeos, fueron aquellos que o bien tenían familia en el país, contaban con cartas de llamada de colegas de profesión o acreditaban residencia previa por razones económicas o laborales. Estas redes socio-culturales y políticas previas, si bien no eliminaron en forma absoluta las disputas entre viejos y nuevos residentes que se manifestaron en otras geografías del destierro, facilitaron la integración en la institucionalidad catalana preexistente y posibilitaron la concreción de varios proyectos unitarios, tales como el Consell de la Comunitat Catalana de la Argentina , paraguas patriótico que aglutinó a los catalanes del país en consonancia con la política del Consell Nacional Catalá de Londres. A partir del análisis de la correspondencia política de exiliados y emigrantes catalanes y de artículos en la prensa catalana local, esta comunicación intentará comprender en qué medida los avatares político-partidarios y patrióticos que vivió el exilio catalán entre 1939 y 1950 y las disputas entre legalistas y impulsores de superar el ordenamiento estatutario de 1932, incidieron en una colonia como la de Buenos Aires que acreditaba al momento de incorporar los primeros exiliados una fuerte consciencia catalanista, representada entre otros por Hipólit Nadal i Mallol, cercano a Francesc Maciá y Estat Catalá, la revista Ressorgiment, el Comité Llibertat, etc. Este trabajo pretende ser un aporte para entender, por un lado, en qué medida los viejos sectores independentistas catalanes de Buenos Aires fueron partícipes de la lucha antifranquista y, por el otro, en qué medida los viejos residentes independentistas y los exiliados compartían el mismo proyecto de Patria a instalarse tras la caída de este régimen opresor y genocida de la lengua y cultura de Cataluña. No hay que olvidar que más allá de la integración de los nuevos residentes a las instituciones existentes, ambos colectivos tenían experiencias vitales disímiles. Haber vivido o no la Guerra Civil se transformó en una línea de diferenciación. Mientras los exiliados cargaban con la inmediatez de la muerte, el dolor, la pérdida, las disputas entre fuerzas políticas del país, y de éstas con el gobierno central del Estado; los antiguos emigrados conservaban un catalanismo más puro y romántico, pero quizás menos realista y a veces más radical, a la vez que atribuían a los recién llegados responsabilidades en la caída de Cataluña y en los estragos en bienes y vidas ocurridos durante la guerra y la represión en la retaguardia republicana.