Reflexiones sobre la constitución del campo de estudios de los exilios políticos en Argentina. Una mirada de la producción historiográfica de la última década

SILVINA JENSEN

Río Cuarto

Jornada; Segundas Jornadas Nacionales de Historiografía; 2018

Facultad de Ciencias Humanas. Departamentos de Historia, Universidad Nacional de Río Cuarto

En algo más de una década, los exilios políticos se han convertido en un tema de pleno derecho en agenda historiográfica en la Argentina. Si bien la interrogación de la última experiencia de persecución, huida y destierro que vivió el país bajo imperio del terrorismo de Estado domina la preocupación de los historiadores, no es menos cierto que otros exilios masivos del siglo XX que buscaron refugio en nuestro territorio vienen concitando un creciente interés.Esta ponencia se propone hacer un balance de la producción acumulada en la última década en el campo de estudios de los exilios políticos en la Argentina, señalando los temas y problemas que han concentrado el interés de los cientistas humanos y sociales en diferentes contextos políticos y memoriales de producción, y al mismo tiempo, marcando sus principales áreas de vacancias y algunos de los desafíos a sortear de cara a que ese crecimiento no se reduzca a una simple moda historiográfica o a la mera aglomeración de investigaciones sobre subjetividades, memorias y experiencias múltiples y ocurridas en otra parte, que poco y nada nos dicen de los procesos históricos (nacionales, regionales e internacionales) que les dieron origen y en los que se insertaron y en los que pretendieron incidir. El trabajo parte de la hipótesis que esta expansión del interés por los exilios políticos argentinos y en particular sobre el exilio argentino dictatorial, y la creciente legitimidad alcanzada por la práctica de la investigación exiliar al interior de la Historia no pueden explicarse sin referir a un conjunto de factores interrelacionados, a saber: 1. El peculiar contexto político y memorial argentino desde el XXº aniversario del golpe de Estado que repuso en el centro de la arena pública y política la pregunta por los años setenta en general y el exilio dictatorial en particular; 2. La institucionalización y consolidación de la Historia Reciente y los Estudios de la Memoria en nuestro país, espacios con los que la Historia del último exilio dictatorial despliega crecientes diálogos; 3. El cambio generacional operado a nivel público e historiográfico y cuya marca en el campo ha sido la de ampliar las condiciones de decibilidad y de distancia crítica de sus practicantes; y 4. La democratización del acceso a los viejos repositorios de la diáspora hoy disponibles para la consulta dentro del país, y la apertura de nuevos fondos documentales que permiten interrogar al exilio en su compleja politicidad.