Una pandilla de truhanes y un cándido público. El negocio de los espectáculos teatrales en la Buenos Aires de los años '20"

CAROLINA GONZÁLEZ VELASCO

San Carlos de Bariloche

Jornada; XII Jornadas Interescuelas Departamentos de Historia; 2009

Departamento de Historia de la Universidad Nacional del Comahue

<!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Cambria Math"; panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:roman; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1610611985 1107304683 0 0 159 0;} @font-face {font-family:"Book Antiqua"; panose-1:2 4 6 2 5 3 5 3 3 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:roman; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:647 0 0 0 159 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-unhide:no; mso-style-qformat:yes; mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ES;} .MsoChpDefault {mso-style-type:export-only; mso-default-props:yes; font-size:10.0pt; mso-ansi-font-size:10.0pt; mso-bidi-font-size:10.0pt;} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> Durante los años ’20, los espectáculos teatrales vivieron una etapa de auge en la ciudad de Buenos Aires: diariamente y en funciones por secciones, en casi 40 salas ubicadas en el centro porteño (sobre la calle Corrientes y sus manzanas cercanas) podían verse obras breves, dramas, comedias y, cada vez más, espectáculos de revista. El público se contaba por millones: anualmente, en promedio, se vendían cerca de 8 millones de entradas. La prensa y diversas publicaciones semanales comentaban, criticaban y multiplicaban la actividad artística. Esta intensa actividad era sostenida por el trabajo cientos de actores, autores, directores, músicos, maquinistas, etc. En general, la crítica de la época denunció el carácter comercial que adquirían los espectáculos: acusaban a los empresarios de buscar solamente el lucro, lo cual obligaban a los autores a escribir obras sencillas, cómicas, sin  compromiso estético. Esto, según los críticos, no hacía sino colaborar en la decadencia de la dramaturgia nacional.  El otro responsable de esta decadencia, era en cierto sentido el público que sólo buscaba divertirse y gustaba solo de los sainetes y obras breves.             Ahora bien, si se considera esta mirada de la prensa suspendiendo el carácter de denuncia, en realidad lo que asoma es una imagen bastante certera de cómo funcionaba el mundo del espectáculo: un mercado se delineaba en ese juego en el que los empresarios competían por el público y el público elegía a qué espectáculos asistir. Unos 8 millones de entradas estaban en juego y los empresarios del teatro debían competir para poder capturar una buena parte de ellas. Esto convertía al teatro en un negocio que requería moverse asumiendo riesgos, invirtiendo, probando fórmulas que lograran atraer al público. ¿Cómo hicieron los empresarios para atraer en cada función a miles de espectadores?, ¿qué estrategias podían impulsar?. A su vez, esa cantidad de entradas plantea la pregunta por quiénes las compraba: ¿quiénes integraban esa masa de público, que día a día y noche a noche recorría la calle Corrientes en busca de diversión?, ¿qué disponibilidad económica tenía esta sociedad para gastar parte de su salario en una entrada al teatro?, ¿qué significaciones sociales y culturales se operaban para decidir asistir a una función de teatro?, ¿qué condiciones hicieron posible que existiera este movimiento teatral?.  Con estas preguntas como horizonte, este trabajo se busca explicar de qué se trataba el negocio de los espectáculos teatrales tanto desde el punto de vista de los empresarios, como desde el lado del público.