IIP   29515
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES POLITICAS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
"La brecha de género tradicional y la brecha de género moderna"
Autor/es:
MARÍA LAURA TAGINA
Reunión:
Seminario; Seminario Anual de estudios de Género y Feminismo ?(De)Generando la Ciencia Política?.; 2022
Institución organizadora:
Carrera de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, UBA
Resumen:
Las mujeres en América Latina han experimentado históricamente desigualdades económicas, injusticias sociales y exclusión política. A la vez, han emergido en el ámbito de lo público como participantes activas en la lucha por los derechos humanos, en contra de los gobiernos autoritarios de los 80’, y, más recientemente, el activismo femenino ha cobrado vigor en las protestas en contra de la violencia de género, la defensa de sus derechos sexuales y reproductivos, y en reclamo de transformaciones en los sistemas políticos de los países de la región. ¿Hasta qué punto esto se ha manifestado en la forma en la que votan? Aunque no se le ha dado tanta relevancia como a otros factores, las diferencias de género en el comportamiento electoral han sido largamente estudiadas. Diversos trabajos han dado cuenta de un voto más conservador de las mujeres en comparación con los hombres, algo que se conoce como “brecha de género tradicional”. Sin embargo, en las últimas décadas, los estudios desarrollados en Europa y Estados Unidos muestran que esta tendencia se ha invertido en favor de los partidos de izquierda (Inglehart y Norris 2004; Iversen y Rosenbluth, 2006; Díaz Collado 2017), dando lugar a una “brecha de género moderna” en el comportamiento electoral. Al menos dos conjuntos de argumentos concurren a explicar este cambio, si bien en ambos el acceso al mercado de trabajo ocupa un rol central. Por un lado, las mujeres tienen en general trabajos más precarios que los hombres, tienden a percibir salarios más bajos, tienen menos esperanza de ascender y ocupan puestos de menos responsabilidad; por todo ello es más probable que apoyen a partidos de izquierda y políticas del estado del bienestar propuestas por esos partidos. (Iversen y Rosenbluth, 2006). Por el otro, cuando ingresan en el mercado de trabajo, las mujeres se vuelven más conscientes de las desigualdades de género existentes tanto en el ámbito laboral como en el hogar o la vida política y esto las atrae a apoyar a partidos de izquierda. Al mismo tiempo, el acceso a la educación ha empoderado a las mujeres, y las ha llevado a apoyar políticas feministas (Inglehart y Norris, 2004). En América Latina, este tránsito de una brecha de género tradicional a una moderna en el campo electoral se verificaría solo parcialmente. En su trabajo basado en encuestas realizadas durante 2012, Morgan (2015) encuentra variaciones importantes entre países. En tanto República Dominicana, Chile, Perú, Bolivia, Colombia y El Salvador registran brechas de género tradicionales en el voto, solo Panamá y Costa Rica presentan brechas de género modernas entre sus votantes. Los restantes diez países, entre los que se incluye Argentina, no presentan brechas de género a la hora de votar. Factores como la maternidad, trabajar fuera del hogar, la proporción de mujeres profesionales en el mercado laboral, y cierto grado de polarización del sistema de partidos explican estas variaciones. Con respecto a trabajos específicos sobre el caso argentino, Torres (2020) explora la existencia de una brecha de genero ideológica entre 1995 y 2017. Por medio de un análisis descriptivo concluye que las mujeres se ubicaron en proporción más a la derecha de los hombres, si bien este patrón comenzó a cambiar levemente desde 2017. Sin embargo, en todo el periodo, los hombres habrían votado en mayor proporción a partidos de izquierda y centro-izquierda en comparación con las mujeres. Por su parte Tagina (2012) no encontró que el género del votante incidiera en la probabilidad de votar por Cristina Fernández de Kirchner, en 2007. En cambio, Gervasoni y Tagina (2019) encontraron que la probabilidad de votar a favor del candidato a Presidente del Frente de la Victoria, Daniel Scioli, fue mayor entre las mujeres que entre los hombres. Dada la vacancia que existe en los estudios del comportamiento electoral de las mujeres, explicativos y de largo plazo, en Argentina nos lleva a preguntamos: ¿Existe una brecha de género electoral en dicho país? ¿Se trata de una brecha de género tradicional o moderna? ¿Ha habido cambios en este sentido desde la recuperación de la democracia? En caso afirmativo, ¿qué factores están asociados a ese cambio y cuál ha sido el alcance de estas transformaciones? ¿En qué medida la aparición en la escena pública de mujeres candidatas a la presidencia de la nación, y de una presidenta mujer durante dos periodos consecutivos, alineó detrás de si el voto de las mujeres? A partir de datos de encuestas de alcance nacional, realizadas entre 1984 y 2019, y de datos agregados sobre el contexto económico y político-institucional, construimos modelos de voto jerárquicos (multinivel) para dar respuesta a estas preguntas.