INVESTIGADORES
RODRIGUEZ Pablo Esteban
congresos y reuniones científicas
Título:
Historia de un error afortunado. Apuntes para una filosofía tecnológica de la información
Autor/es:
GONZALO AGUIRRE Y PABLO RODRÍGUEZ
Lugar:
Departamento de Filosofía y Trabajo Social de la Universitat de les Illes Balears
Reunión:
Congreso; 43 Congreso de Jóvenes Filósofos. Filosofía y Tecnología(s).; 2006
Institución organizadora:
Asociación Filosófica de las Islas Baleares y Departamento de Filosofía y Trabajo Social de la Universitat de les Illes Balears
Resumen:
En “Historia de un error”, incluido en El crepúsculo de los ídolos, Nietzsche relata de manera demoledora las falacias acerca de la existencia de un mundo aparente, un mundo verdadero y un sujeto de conocimiento, retomando aquellas distinciones clásicas de la filosofía: lo inteligible y lo sensible (Platón), lo celestial y lo terrenal (Cristianismo), la conciencia frente a un ídolo (Bacon) o un genio maligno (Descartes) y el fenómeno y el noúmeno (Kant). Foucault, en su descripción de la tarea de la arqueología, se refirió a la verdad como un error que ha sido “afortunado”, para dejar en claro que la historia de la verdad no consiste en señalar su falsedad, sino en colocarla en el terreno histórico y regional de su constitución. El trabajo que presentamos se coloca bajo el signo de estas citas. Se trata de delimitar una “historia de la información” que se solapa con la “historia de la verdad” y que tiene dos ejes. El primero es la definición científica de in-formación tal como fue formulada dentro de los parámetros de la cibernética. La información es el principio universal que da forma sin tener él mismo forma. ¿Es sustancia, es materia, es energía? ¿Cuál es su inteligibilidad y su sensibilidad? Estas preguntas se despliegan en el segundo eje que vincula este problema filosófico de la información con las tecnologías que la actualizan. Las tecnologías digitales actúan en el marco de un cambio en el estatuto de la imagen en relación con “lo real” de un modo tal que Badiou llegó a decir que “el mundo de Platón es un mundo digital, pero sin la tecnología”. La información supone una transformación en los modos y regímenes de atención y de percepción, y estos sólo son visibles a través de las tecnologías (y también resistencias) que los expresan.