INVESTIGADORES
PERREN Joaquin
congresos y reuniones científicas
Título:
Los migrantes bajo el microscopio. Una aproximación a sus itinerarios familiares en el Neuquén Aluvional (1960-1990)
Autor/es:
JOAQUÍN PERREN
Lugar:
Catamarca
Reunión:
Jornada; X Jornadas de Estudios Argentinos de la Población; 2009
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Estudios de Población-Universidad Nacional de Catamarca
Resumen:
Entre 1960 y 1990, la población neuquina se multiplicó casi siete veces: sus humildes 25 mil habitantes se transformaron en 170 mil. Al igual que a nivel provincial, dos fenómenos ayudan a entender un crecimiento de semejante dimensión. Por un lado, debemos mencionar un incremento vegetativo que se mantuvo entre los más altos de la Argentina: una mortalidad en caída libre fue acompañada, durante los treinta años de la pesquisa, por una natalidad que, aunque en baja, siempre estuvo por encima de la media nacional. Por el otro lado, el crecimiento migratorio llevó a la ciudad de Neuquén a posicionarse como una de las áreas receptoras de mayor progreso durante la segunda mitad del siglo XX. Hasta aquí, los estudios que se dedicaron a analizar los comportamientos de los migrantes (sean estos ocupacionales, residenciales o matrimoniales) consideraron únicamente los comportamientos medios, expresados en la consabida figura del promedio. Esta opción, panorámica por excelencia, mejoró nuestro conocimiento sobre cuestiones que, por mucho tiempo, habían permanecido detrás de un velo de sombras. Pese a ello, mucho del encanto del telescopio se esfuma cuando se trata de responder preguntas como las que orientan la presente ponencia: ¿Cuáles eran las aspiraciones de los miles de individuos que convergieron en una ciudad que creció gracias a ellos?, ¿Cómo percibieron su condición de recién llegados y cómo evaluaron sus posibilidades en un escenario de creciente complejidad? ¿Cuántos de ellos colmaron las expectativas generadas de forma previa al traslado? Estas preguntas nos trasladan a un tema que ha desvelado a sociólogos, antropólogos e historiadores: el problema de la integración. En nuestro caso, estudiar la adaptación de los recién llegados nos obliga a echar un vistazo a una movilidad que fue tanto ocupacional como geográfica. Es justamente esta fuerte movilidad lo que nos obliga a actuar con suma cautela. Los estudios de stock, por lo general ligados a las prácticas censales, nos brindan fotografías, pero no un seguimiento en el tiempo de una unidad de análisis especifica (en nuestro caso, familias). Esa escasa sutileza impide que vean la luz fenómenos de suma importancia para comprender la integración de los migrantes a una sociedad que experimentaba un acelerado proceso de transformación. Con esta guía metodológica, entrevistamos una decena de migrantes llegados de distintos puntos del país e inclusive algunos que arribaron del extranjero. Con la base suministrada por los testimonios nos lanzamos a la tarea de reconstruir -a través de los documentos conservados en los archivos de la Dirección Provincial de Registro Civil y de la Justicia Electoral- los comportamientos profesionales, geográficos y demográficos que acompañaron a un centenar de familias en su itinerario en la ciudad. Con este trabajo pretendemos abordar distintos elementos que diferenciaron las oportunidades de un conjunto de familias de migrantes. Por un lado, analizaremos la función que el núcleo familiar, la parentela y las relaciones sociales tuvieron en lo que gribaudi denominó “ciclo de integración urbana”. Por el otro, evaluaremos la importancia que la implantación en el tejido urbano tuvo en el logro de una racionalidad, capaz de sacar provecho de un espacio social que distribuía oportunidades, aunque ellas no eran ilimitadas. Una racionalidad que tenía como meta la adaptación a una ciudad cambiante e implicaba utilizar los recursos que aquella ofrecía de forma innovadora. La particularidad del estudio que presentamos no radica precisamente en la utilización de evidencia cuantitativa, en este caso demográfica, sino en el deseo de dar un paso delante de una óptica serial. En nuestro caso, lo cuantitativo se presenta como la puerta de ingreso a un conjunto de comportamientos sociales que no fueron precisamente uniformes. Alejados de las medias y de las tendencias generales, nuestro propósito es reconstruir la gama completa de usos que los migrantes hicieron de un escenario que desandaba un camino de complejización. Nuestra investigación, ya en el plano de los resultados, nos permitió introducir algunos matices a aquella hipótesis que imaginaban a la familia como una inagotable cantera de recursos. Pese a ser fundamental en la inserción socio-ocupacional de los migrantes, en ocasiones podía obstaculizar procesos de movilidad profesional. Existieron elementos que podían atrasar o acelerar el proceso de integración o, lo que es igual, el aprendizaje de una racionalidad urbana. La dimensión del grupo familiar fue uno de ellos: una familia grande tendió a complicar una distribución armónica de los recursos, mientras que una pequeña se comportaba en sentido contrario. Las decisiones matrimoniales fueron otros de los factores que nos permitieron explicar la diversificación de itinerarios dentro de la ciudad. Avanzar o retrasar la edad de matrimonio podía acelerar o retardar la movilidad profesional individual. Un matrimonio tardío tendió a favorecer un mayor número de estrategias ocupacionales, lo cual podía traducirse en procesos de movilidad ascendente. La importancia de la familia en la determinación de las decisiones y los comportamientos no se redujo a los vínculos entre individuo y hogar. El universo de relaciones parentales también constituyó un mundo activo que modeló los itinerarios de nuestros protagonistas. En este sentido, el análisis de la documentación nominal confirmó muchas de las percepciones rescatadas por medio de la oralidad. Existió una neta oposición entre quienes presentaban una mejor situación que su entorno familiar y aquellos que se encontraban en inferioridad de condiciones. Si los primeros exhibieron una tendencia a ocupar el mismo casillero ocupacional durante su trayectoria laboral, los segundos se nos mostraron mucho más móviles. El ciclo de integración implicaba un aprendizaje demográfico -que resumimos en la conjunción de retardo matrimonial y baja fecundidad-, pero también un itinerario dentro de la ciudad. Los espacios que conformaban la ciudad, lejos de ser como compartimentos estancos, fueron protagonistas de diferentes intercambios. Por esta razón, el hecho de habitar en un barrio periférico o en el distrito central, de forma estable o transitoria, en una etapa inicial o avanzada del ciclo de integración, podía cambiar los comportamientos, tanto individuales como colectivos. En el afán de cruzar los itinerarios residenciales y profesionales, concentramos nuestra atención en dos grupos de comportamientos. Una mirada superficial nos permitió apreciar fuertes contrastes en las posibilidades de quienes vivieron de forma permanente al interior de un barrio periférico y de quienes lo hicieron en un espacio híbrido o bien alternaron entre ambos mundos: las familias que se reprodujeron en este último ámbito presentaron opciones profesionales más diversificadas; mientras que quienes desarrollaron su trayectoria sólo en barrios de la periferia mostraron un abanico de opciones más limitado y contemplaron al empleo en la parte baja de la estructura ocupacional como el único modelo posible.