INVESTIGADORES
DE ORTUZAR Maria Graciela
capítulos de libros
Título:
Conceptos fundamentales de la ética kantiana
Autor/es:
DE ORTÚZAR, M. GRACIELA
Libro:
El camino de la filosofía
Editorial:
La Campana ( El art. fue reeditado en un nuevo libro) Comp. J.CMoran
Referencias:
Lugar: La Plata; Año: 1997; p. 81 - 97
Resumen:
            Las obras que Immanuel Kant dedicó al análisis filosófico de los problemas morales- la Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785) y la Crítica de la razón práctica (1787) - significaron en el ámbito de la ética un cambio revolucionario, semejante al que introdujo la publicación de su Crítica de la razón pura (1781;1788) en el tratamiento del problema del conocimiento. Kant intenta realizar una fundamentación objetiva tanto de la moral como del conocimiento a partir de un análisis de la constitución de la razón de todo sujeto, es decir, de la estructura trascendental de la razón. La filosofía crítica kantiana ofrece una nueva forma de entender la moralidad, en el marco de una teoría compleja y sugerente que continúa teniendo vigencia en la actualidad.Para Kant, “la libertad es la ratio essendi de la ley moral, pero la ley moral es la ratio cognoscendi de la libertad”8. En otras palabras, si no suponemos que somos libres, la ley moral no tendría sentido. Por ejemplo, el mandato “no debes mentir” presupone que somos capaces de abstenernos de mentir, que no somos mitómanos y que aunque nos resultara conveniente decir una mentira para salir de un apuro, nuestra razón es capaz de determinarnos a no hacerlo. En este sentido, la libertad es la razón de ser de la ley moral, la que hace sus mandatos posibles. Por otra parte, la conciencia moral, la conciencia de lo que debemos y no debemos hacer, es lo que nos permite darnos cuenta de que somos libres. Por intermedio de la ley moral, podemos saber que somos libres - siguiendo estrictamente la terminología empleada por Kant, no podría decirse que conocemos nuestra libertad porque ésta no tiene carácter fenoménico, sino sólo afirmar que podemos pensarla - . Así, “por lo que atañe a la libertad, la conciencia de ésta se debe sólo a la clara exposición de las obligaciones en oposición a todas las exigencias de las inclinaciones”9. Ahora bien, postular la libertad del hombre supone, desde un punto de vista negativo, que sus acciones no son meros efectos de las leyes naturales, y positivamente, que éstas son autodeterminadas, realizadas por respeto a la ley moral. Para Kant, la libertad no puede carecer de ley, sino que se expresa en la subordinación de la voluntad a la ley moral que la propia razón legisla o crea. En otras palabras, sólo la obediencia a esta ley  autoimpuesta es libertad, y de este modo, legislar y obedecer la ley constituyen dos tareas centrales de la misma facultad práctica. El principio de la autonomía de la voluntad posee una función central en la ética kantiana, ya que hace posible pensar al hombre como sujeto moral, libre y responsable. Estas observaciones permiten mostrar de un modo esquemático que la fundamentación kantiana de la moralidad resulta una continuación de las indagaciones iniciadas en la Crítica de la razón pura, en tanto se ven complementadas con el análisis del uso puro práctico de la razón. La Crítica de la razón práctica se orienta a estudiar la capacidad que posee el sujeto para actuar según la ley moral que su propia voluntad legisla. De este modo, Kant plantea por primera vez la autonomía del sujeto como principio básico de la ética universalista. Al igual que en el tratamiento del problema del conocimiento, sostener carácter universal de la razón permite a Kant realizar una fundamentación objetiva de la moral, que vale para todo individuo en tanto ser racional.