Servidumbres voluntarias

LORIO, NATALIA; TORRANO, ANDREA

Brujas

Lugar: Córdoba; Año: 2010 p. 256

987-591-217-4

En este texto se aborda más que un problema, un enigma: el de las servidumbres voluntarias. Decimos enigma queriendo destacar que, a diferencia del problema que consta de solución, éste hace referencia a una permanente interrogación sin resolución posible. Etienne de La Boétie, en el Discurso sobre la Servidumbre Voluntaria, también conocido como El Contra Uno, es el primero en señalar este enigma ofreciendo al mismo tiempo la paradójica expresión que aún hoy interpela a la filosofía política. Allí La Boétie se pregunta acerca del por qué de la servidumbre de muchos a Uno, dando cuenta del arcano que rodea a la voluntad que se deja dominar por un tirano, perdiendo así su libertad natural.En torno a esta problematización laboeciana se traza una constelación de preguntas a la que quisiéramos dar lugar: ¿por qué obedecemos? ¿cuál es la diferencia entre obedecer y servir? ¿por qué preferimos servir al Uno y no conducirnos por nuestra propia libertad? ¿cuál es el aspecto subjetivo del vínculo político? ¿por qué deseamos la servidumbre ?o, como se pregunta La Boétie? porqué la mayoría no quiere ser libre? ¿qué rol cumple la voluntad en la génesis del poder? ¿cuál es el punto en que la servidumbre voluntaria se articula con el poder objetivo? El agonismo existente entre el poder y la libertad ¿habilita a pensar una política liberadora? ¿y a pensar una política entre iguales, una política de la amistad? Hay preguntas, aporías, problemas filosóficos que perduran en el tiempo, que insisten al pensamiento, que fascinan en cuanto se trama en ellos un enigma. Acaso sea esta insistencia renovada la que da cuenta de su actualidad, o de lo que podríamos llamar su antigua actualidad. Las tensiones entre lo Uno y lo múltiple, la sujeción y la libertad, la dominación y la voluntad son problemas que la filosofía política intenta aún desentrañar. El Discurso sobre la servidumbre voluntaria desenmascaró la dominación al admitir la igualdad del tirano hasta con ?el hombre más humilde? ?revelándose así como un manifiesto precursor de la Revolución Francesa?, lo cual nos lleva a cuestionar hoy, ante la aceptación y la evidencia de la igualdad entre los hombres, ¿por qué seguimos sirviendo al Uno? Quizá negarnos a la servidumbre sea el principio de una política liberadora. Las reflexiones que siguen abordan y desbordan las preguntas que hemos planteado, imprimiendo originalidad y actualidad al enigma de las servidumbres voluntarias, abriendo caminos y recorridos posibles.