Los intersticios de la norma: género y salud mental ante la ley. El caso argentino

MIRANDA, MARISA; BIANCHI, EUGENIA; SABIN PAZ, MACARENA

Cuidado e vulnerabilidade de pessoas com deficiências e pessoas idosas: Entre Teoria, Prática e Experiências

Editora CRV

Lugar: Curitiba; Año: 2024; p. 175 - 196

La subyacencia del interrogante qué hacer con el loco también ha estado presente en Argentina ya desde su conformación como un Estado-nación moderno en la segunda mitad del siglo XIX. Si era un enfermo, correspondería extremar las medidas de cuidado y eventual cura. Si era un delincuente, la cárcel. La cuestión es que, precisamente, el loco era posicionado en un ámbito de frontera en el cual la sociedad no sabía (ni sabe) dónde ubicarlo. No tiene lugar, está en un no-lugar. La internación en hospitales neuropsiquiátricos lejos de constituir un ideal utópico es, en verdad, una realidad distópica. En ellos, los enfermos están recluidos, pero sin estarlo por completo; están aislados, pero se asegura que mantienen contacto con la sociedad en la cual se conjetura, algún día volverán a insertarse. Además, es común su sobremedicación, con la pretensión de recuperar una tranquilidad perdida. En definitiva, están, pero “se hace como si” no estuvieran. Desde su permanencia en las sombras no se perciben, no se ven. Pero existen. Y para coadyuvar a esa estrategia de ocultamiento el funcionamiento aliado de los cuerpos médico-psiquiátrico y jurídico constituye un imperativo insoslayable.No obstante, hacia finales del siglo pasado, esto es, hace algo más de dos décadas, se advierte cierta pérdida de peso relativo de la referida segregación mediante internación, merced en gran parte al fortalecimiento de la presencia del paradigma de la desmanicomialización. Corresponde remarcar, empero, que en muchas ocasiones esta salida del manicomio es sustituida por una medicalización excesiva, y, hasta a veces, extrema.  Además, constituye otro dato relevante que la psiquiatría actual aparece concentrada casi de manera obsesiva en obtener un diagnóstico preciso, caracterizado fundamentalmente por un abanico hiperspecífico de patologías, descriptas de manera harto minuciosa en las distintas versiones de los DSM,  aun cuando luego se remite -casi siempre- a un reducido grupo de psicofármacos para afrontarlas (Galende, 2017).En esta línea, sostenemos que a la estigmatización y consiguiente exclusión de la loca cabe proyectarle una lectura de género; circunstancia que se replica, aun en el contexto actual (Femenías and Soza Rossi 2009: 44). A ello se agrega la existencia de innegables y diversas formas de violencia que las constituyen en víctimas de los Estados e instituciones aun cuando, por estos tiempos, cualesquiera fueran los logros alcanzados por las mujeres, son, en general, vistos como amenaza para los privilegios antes reconocidos solo a los varones (López et al 2017).