INVESTIGADORES
LOPEZ Magdalena
capítulos de libros
Título:
De juicios previos y elecciones posteriores en las que "ganan los malos". Una lectura de la destitución de Fernando Lugo Méndez en 2012 y las elecciones presidenciales de 2013 en Paraguay
Autor/es:
LÓPEZ, MAGDALENA
Libro:
Estados autoritarios latinoamericanos (ayer, hoy y proyecciones)
Editorial:
Universidad Central de Chile
Referencias:
Lugar: Santiago de Chile; Año: 2016; p. 131 - 156
Resumen:
Desde 1948 hasta el 2008, Paraguay estuvo gobernando por el Partido Colorado o Asociación Nacional Republicana (ANR). Dentro de este período, 35 años pertenecieron a la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), en los que sobre una tríada de poderes (el Estado, el Partido y las Fuerzas Armadas) se estructuró un estado prebendario, represor y persecutor.Para la estructuración de su dominio, utilizó todos los recursos políticos existentes, por ejemplo, condenó al exilio o al envió en tareas consulares al exterior a los grandes líderes opositores internos de la ANR y estableció un minucioso control de actividades políticas, sindicales y sociales que se organizaba en torno a la represión, la persecución, el exilio político, la dependencia económica del Partido para poder ejercer casi cualquier trabajo y un permanente estado de sitio que se levantaba solo en los momentos de elecciones. Por otra parte, motivó y generó una estructura económica agroproductiva, además de alentar las relaciones comerciales con Brasil y planificar/ejecutar una de las obras más grandes del país: la represa de Itaipú. Logró una extensión del Estado que no se había logrado previamente, sobre todo con la ejecución de obras de infraestructura.Para perdurar en el poder, fortaleció los lazos del Partido Colorado, y más específicamente sus lazos propios ?en una construcción fuertemente paternalista? con la sociedad, la cual dependía en muchas áreas de su relación con el Partido; al tiempo que sostenía una fachada democrática con la que pretendía legitimar su dictadura y mediante la cual se llamaba a elecciones periódicamente, pero en condiciones antidemocráticas (con partidos proscriptos, candidatos únicos, padrones ficticios o ejerciendo persecución a la oposición, etc.).En 1989, Andrés Rodríguez, un general perteneciente a la misma fuerza política que Stroessner, encabezó un golpe de Estado e inauguró la transición a la democracia. Entre sus primeras acciones, Rodríguez Pedotti llamó a elecciones y, una vez que triunfó en las mismas, dio paso a la modificación de la Constitución, así como a la eliminación de leyes liberticidas y restrictivas de la democracia y a la sanción de la nueva normativa que acompañara (al menos discursivamente) los nuevos vientos políticos.La transición a la democracia en Paraguay tuvo como especificidad ?además de que fue encabezada por un general del Partido Colorado (?desde arriba?) y que mantuvo en el poder el mismo Partido que respaldó la dictadura? el hecho de que no "reencausó" el país hacia un modelo de democracia anterior, dado que Paraguay no contaba con experiencias previas de democracia afianzada.Abente Brun (1990: 180) sostuvo al respecto que ?desde su Independencia en 1811, el Paraguay ha experimentado dos prolongados períodos autoritarios (1816-1865 y 1940-1989), intercalados con un intermedio cuasi democrático (1870-1940)?.En este sentido, la "reinstauración" de la democracia en Paraguay tuvo mucho más que ver con la implementación de nuevas cláusulas, normativas y prácticas, que con la recuperación de previas. Asimismo, el problema de lograr una depuración de los mecanismos y estrategias autoritarios afianzados durante la dictadura se constituye, hasta la actualidad, en uno de los mayores desafíos.Desde la continuación de prácticas partido-centradas, la exigencia de lealtad y pertenencia a los partidos tradicionales para poder ser incorporado a ciertos espacios laborales, hasta el funcionamiento partidizado de la Justicia, pasando por el fuerte anticomunismo y la lógica caudillista, la dictadura de Stroessner ha dejado, en los tiempos democráticos, una serie de marcas de fuego que resisten incluso al paso del tiempo y a las sucesiones presidenciales.En 1989, quien derrocó al dictador, Andrés Rodrigo Pedotti, declaró: "Queridos compatriotas, apreciados camaradas de las FF.AA. Hemos salido de nuestros cuarteles en defensa de la dignidad y del honor de las FF.AA.; por la unificación plena y total del coloradismo en el gobierno; por la iniciación de la democratización del Paraguay; por el respeto de los derechos humanos; por la defensa de nuestra religión cristiana, católica, apostólica, romana [?]" (Andrés Rodríguez Pedotti, 1989. Primera Proclama Insurreccional de Andrés Rodríguez 3 de febrero).Más adelante, llama a que ?con el fin de lograr una unidad total nacional con la cual superar las consecuencias de la dictadura stronista (la cual él apoyó, siendo copartidario de Stroessner, general de las Fuerzas Armadas y, además, familiar del dictador)? se bregue por la unidad total, sin restricciones del Partido Colorado, y agregó que "a cuyo efecto debemos echar un manto de fraterno olvido a algunas rencillas que en las luchas cívicas pudieron haber sucedido; por ello hago un llamado a todos los colorados de la República a que colaboren con mi gobierno" (Andrés Rodríguez Pedotti, 1989. Discurso pronunciado por presidente Gral. De Div. Andrés Rodríguez, luego de prestar el juramento ante el pueblo. 3 de febrero).El olvido, que significaría también el no juzgamiento, era parte de la propuesta de gobierno de la transición. Ante la pregunta de la prensa sobre si podían informar a los paraguayos de que tuvieran la tranquilidad de que se lograría la plena democracia en el país, el general triunfante sentenció: "Considero que pueden tener, así como yo, la esperanza de que podamos dar inicio a estas cosas" (Rodríguez, s/d: 5. "Declaraciones a periodistas del diario Última Hora". 3 de febrero de 1989).En 2008, por primera vez un candidato outsider, perteneciente a la Iglesia Católica en la que fue consagrado obispo, considerado un líder más religioso que político, logró triunfar en las elecciones nacionales, quedando a la cabeza del poder Ejecutivo. Sin embargo, el nuevo presidente no contó con mayorías ni con bancadas significativas en el Parlamento, dado que las elecciones legislativas se realizaron con boletas por partido y no por alianza. La coalición que lo llevó al poder, la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), se presentó subdividida, por lo que la mayoría de bancadas en ambas Cámaras correspondió al Partido Liberal Radical Auténtico (que proveyó el vicepresidente de la fórmula de la APC, Federico Franco) y a su histórico opositor, el Partido Colorado.El luguismo representó un cambio a nivel institucional, dado que al mismo tiempo de posicionar en la presidencia por primera vez en 61 años a un candidato no colorado, también devolvió al Partido Liberal al poder Ejecutivo (que no lo ejercía desde 1940) y, además, logró una activación e incorporación a la arena política de actores que habían sido relegados o autoexcluidos de la esfera pública. Otra de las características de este triunfo fue la presencia de un exmiembro de la Iglesia Católica a la cabeza de un Estado, algo que sorprendió al mundo entero. Finalmente, que la ANR haya aceptado su derrota sin apelar a mecanismos autoritarios o para-políticos fue otro gran paso para la democracia formal.Sin embargo, en el año 2012, apenas antes del cierre del período presidencial constitucional y tras numerosas amenazas que no prosperaron, la Cámara de Diputados logró aprobar el juicio contra el presidente y nombró 5 fiscales acusadores que actuaron como abogados querellantes delante del Senado, que haría las veces de jurado. El juicio a Lugo se esgrimió como una "defensa de la democracia" del Paraguay contra las amenazas de la izquierda, de los socialismos del siglo XXI y de la inseguridad creciente. En este contexto, algunas variables históricas y sociales se pusieron en juego, marcando la relevancia del pasado al momento de analizar la actualidad política paraguaya. Por ejemplo, las características centrales de la Constitución del Paraguay sancionada en 1992; el peso y la presencia que aún, en la actualidad, tienen algunos mecanismos afianzados durante la dictadura militar que gobernó entre 1954 y 1989 comandada por el general Alfredo Stroessner (así como su anticomunismo y su repudio a cierta participación social); la importancia del relato sobre la guerra contra la Triple Alianza; el peso de la ley como única referencia de legitimidad, entre otros. Analizaremos estos elementos en este capítulo.En primera instancia, caracterizaremos brevemente el gobierno de Fernando Lugo y las condiciones en las que se desarrolló su destitución. Luego, revisaremos las causas por las que se lo acusó y los discursos entramados en torno al juicio. Posteriormente, estudiaremos minuciosamente las elecciones de 2013 y la composición de gobierno que las mismas generaron. Finalmente, esbozaremos preguntas que harán las veces de conclusiones (o disparadores de debates futuros).