Islam, democracia y neoliberalismo: los Hermanos Musulmanes egipcios en el poder

MARIELA CUADRO

Estudios de Asia y África

El Colegio de México

Lugar: México D.F.; Año: 2016 vol. 51 p. 571 - 597

0185-0164

El objetivo general del artículo es contribuir a la reflexión en torno a las relaciones entre Islam político, democracia liberal y neoliberalismo económico. A tal fin, estudia el caso de la organización de los Hermanos Musulmanes egipcios en el poder, centrándose en la dimensión económica. Esta elección se explica, por un lado, por la ausencia del factor económico en la lectura hegemónica de la ?Primavera Árabe? y, por otro lado, por la fuerte presencia de éste en los discursos de los centros de poder internacionales que clamaban porque la reforma política (democracia) fuera acompañada por una económica (libre mercado). Con este fin, en primer lugar, analiza la vinculación entre democracia liberal y neoliberalismo económico, afirmando que este último está basado en el libre mercado entendido como competencia y, por tanto, en la desigualdad. Seguidamente, se explicita la discusión entre dos lecturas contrapuestas referentes al Islam político y a la economía islámica: una que plantea como su eje a la justicia social, definiéndola como una economía moral; y otra que relaciona Islam político con neoliberalismo económico. Con el objetivo de evitar esencializaciones y, en cambio, analizar prácticas, el trabajo no adopta a priori ninguna de las dos perspectivas, sino que aborda la cuestión de manera contextualizada. Luego de hacer un breve repaso histórico del neoliberalismo en Egipto, se analiza la sección de la plataforma electoral de los Hermanos Musulmanes referida a la política económica. Asimismo, se hace lo propio con los discursos en torno a los levantamientos árabes tanto del G-8 como del FMI, haciendo particular hincapié en su relación con el gobierno de los Hermanos Musulmanes. Se concluye que el partido político islámico buscó un equilibrio entre las prácticas económicas neoliberales y aquéllas propias de un programa que privilegia la justicia social, inclinándose por estas últimas. De este modo, intentó funcionar como una barrera al neoliberalismo económico lo que le valió la negativa por parte del FMI de un préstamo que se consideraba necesario para incentivar la inversión, y una acción coordinada por parte de potencias regionales y grupos de poder locales que terminó con el derrocamiento del primer gobierno egipcio elegido democráticamente.