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En esta contribución exponemos los avances obtenidos del estudio de un conjunto de sitios con arte rupestre distribuidos en el faldeo oriental de la Sierra de Velasco y occidental de la Sierra de la Punta, en el norte de la provincia de La Rioja (departamento Castro Barros). Los objetivos del trabajo son: por un lado, definir la diversidad de motivos a nivel local y evaluar la circulación de información a escala regional; y por otro, examinar su rol en la conformación de los paisajes sociales para el primer y segundo milenio de la era. Para llevar adelante esta investigación se realiza en primer lugar un análisis formal de los repertorios iconográficos y luego se establecen los vínculos entre imágenes y contextos de emplazamiento. Para los sitios rupestres del área de estudio, situados en variadas cotas altitudinales y ambientes, los resultados sugieren la inclusión de distintas prácticas sociales. Los emplazamientos ubicados en el piedemonte y quebradas del Velasco (El Diablito de Chuquis, Alero de Aminga y La Ola) habrían formado parte de la trama doméstica y simbólica cotidiana de las comunidades, mientras que aquellos situados en la serranía de La Punta (Los Caballitos, La Angostura, Balde Mora, Aminga abajo) estarían vinculados a usos transitorios, relacionados con las vías de circulación que conducen al sureste de la región y el acceso a algarrobales y cotos de caza. El conjunto de Piedra Pintada, ubicado en este último sector, pudo constituirse, además, como un lugar de congregación o peregrinaje destinado a determinadas festividades o ceremonias. Esta segregación, acompañada de condiciones visuales y espaciales diferenciales, a su vez, correspondería a diversas temporalidades relacionadas con la producción y consumo del arte rupestre.

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