Niños y poetas: avatares de una doble pasión

MALLOL, ANAHI DIANA

La Plata

Congreso; IV Jornadas de Poéticas de la Literatura Argentina para Niños; 2012

Universidad Nacional de La Plata

El artículo analiza el concepto de lo infante en la poesía y los ensayos de Arturo Carrera. Se habrá podido considerar la infancia como un tópico o tema de la escritura de Carrera: es mucho más que eso: la infancia es la matriz, la infancia es el ?principio constructivo?, la infancia es la voz de Carrera. Porque Carrera retoma lo infante de la voz, de la poesía y de la escritura, para hacer con ello su sello de poeta-niño. Y ello desde varios puntos de vista. En primer lugar podemos encontrar ocasionalmente las anécdotas de un niño que se hace poeta: la voz del padre leyendo la tradición nacional, fundando mitos, marcando hitos. La infancia es Hudson, el campo literario, el niño y su percepción, casi alucinada, de un paisaje. La infancia es la ilusión del viaje (Carrera 2009). En la escritura de Arturo Carrera lo infante es una potencia[1] que está al principio del acto de escribir, como causa pero no en el sentido que se le da a esta palabra en el par causa-efecto, sino en el sentido lacaniano de objeto petit a, aquello que moviliza o causa el deseo. Está también la infancia al final de la escritura, en tanto todo el trabajo poético no ha sido sino ese recorrido, ese devenir perpetuo.  ?Los poetas cumplimos en asombrarnos, y ese asombro, esa ley, nos ciñe a la emoción de los otros? (Ensayos murmurados). Esto se ve claramente en su poética, pero ahí están también los Ensayos murmurados, para confirmarlo. [1] Para una reflexión más detallada en torno al concepto de poética infante se puede consultar mi artículo ?Poesía, infancia? (Mallol 2012).