Esclavos, estancias y jesuitas

IGNACIO TELESCA

Belo Horizonte - Brasil

Simposio; IV Simposio Internacional de Estudios sobre América Colonial, CASO; 2008

Universidad Federal de Minas Gerais

En el momento de la expulsión, 1767, los jesuitas del colegio de Asunción poseían 1.003 esclavos, repartidos entre sus dos estancias (Paraguarí y San Lorenzo) y el colegio. Este número era muy importante para la época, representaba la tercera parte de la población esclava del Paraguay. La actividad más importante de esta población esclava se refería a las propias de una estancia: no sólo en el cuidado del ganado sino también en las actividades agrícolas y en la confección de tejidos. Estas actividades económicas no le impedían a esta población tener un remanente propio que les servía para cubrir sus propias necesidades, al mismo tiempo que poseían sus propias cofradías, siempre bajo la atenta mirada de sus amos jesuíticos. La población esclava en Paraguay va a ir de la mano de la conformación del latifundio ganadero. De hecho, las otras órdenes religiosas también poseían sus estancias con población esclava, siendo entre todas las órdenes dueñas de la mitad de los esclavos de la provincia. Es más, cuando los jesuitas fueron expulsados, la estancia de Paraguarí sigo fungiendo como tal y con el mismo tipo de población. Nuestra intención, sin embargo, no es sólo centrarnos en los esclavos de los jesuitas sino comprender esta población afrodescendiente en el contexto del Paraguay tardo-colonial.  Fundamentalmente nos interesa rescatar su relacionamiento con la población considerada ‘española’ y la indígena. Este inter-relacionamiento étnico va a configurar una identidad particular del Paraguay que durante la independencia va a implicar un subsumir, negando, ambos componentes.