INVESTIGADORES
VALOBRA Adriana Maria
congresos y reuniones científicas
Título:
Tres momentos claves de la ciudadanía política femenina en la primera mitad del siglo XX argentino
Autor/es:
VALOBRA, ADRIANA MARÍA
Lugar:
La Plata
Reunión:
Conferencia; I Jornada de Conferencias “Los derechos de las mujeres en la primera mitad del siglo XX”; 2009
Institución organizadora:
CINIG (IDIHCS – UNLP/CONICET)
Resumen:
La ciudadanía política involucra una serie de dimensiones y prácticas que atienden al derecho al sufragio –sin duda, el aspecto tradicionalmente más destacado-, la posibilidad de representar al pueblo en ámbitos legislativos o ejecutivos de distinto nivel jurisdiccional –municipal, provincial o nacional-, participar en los ámbitos vinculados con el proceso de acceso al poder como los partidos políticos (a través de la inserción en distintos puestos de decisión, la inclusión en listas electorales) o en movimientos sociales o políticos de diversa entidad. Finalmente, la ciudadanía política performa con una cierta sensibilidad que subjetiva a las personas de cierto modo y, al mismo tiempo, las personas se apropian del status que la ciudadanía implica e, incluso, potencian una subjetividad en ausencia de una normativa específica para sí. La historiografía ha estado atenta a los procesos de constitución de la ciudadanía, mas algunos fenómenos no han sido conectados entre sí como parte de ese análisis e, incluso, algunos han sido omitidos como problemas del orden político. Ello resulta particularmente cierto en relación con los derechos que involucra la ciudadanía política de las mujeres.En este artículo analizaremos cómo algunos hechos que jalonaron la edificación de la nación argentina se configuraron como dispositivos que tuvieron como aspectos centrales la construcción de los sexos.No incursionaremos en las cuestiones sensibles de la apropiación de la ciudadanía ni la actuación de las mujeres en el plano electoral y legislativo, tema que hemos analizado en otros artículos. Desde una perspectiva de género, intentaremos señalar cómo las características asociadas a la masculinidad y a la feminidad debieron ser impuestas a través de distintas normativas e instituciones que intentaron domeñar las prácticas sociales que, de modo menos estabilizado que aquellas prescripciones, realizaban las personas. Este proceso no fue lineal ni homogéneo, pero un cierto discurso y una práctica interpretativa de las normativas existentes hegemonizaron el campo político y fueron difíciles de horadar. Me interesa reflexionar sobre tres momentos en particular. El primero, es el que corre entre fines del siglo XIX y la sanción de la ley 8871, denominada ley Sáenz Peña. El siguiente, es el que corre entre esa fecha y 1946. Finalmente, atenderé el breve lapso que corre entre 1946 y 1948.