INVESTIGADORES
LOIS Carla Mariana
congresos y reuniones científicas
Título:
La traducción del paisaje: el uso de dispositivos visuales en el trabajo de campo del cartógrafo
Autor/es:
CARLA LOIS Y MALENA MASTRICCHIO
Lugar:
La Pampa
Reunión:
Jornada; IV Jornadas de Historia de la Patagonia; 2010
Institución organizadora:
Instituto de Estudios Sociohistóricos, Universidad Nacional de La Pampa
Resumen:
Al igual que en otros campos del saber, en las primeras décadas del siglo XX había un consenso generalizado acerca de la necesidad de disponer de lenguajes universales que permitieran representar tanto el relieve como otros fenómenos en mapas de diverso tipo. Los elementos que podían ser cuantificados -tales como recursos naturales y población, entre otros- fueron dejando de ser descritos con palabras para pasar a ser representados por un lenguaje gráfico que buscaba ser cada vez más normalizado. Este proceso de normalización de la representación cartográfica puede apreciarse –entre otras cuestiones- en las técnicas de representación del relieve y en la definición de las variables visuales que se utilizarían. Si bien puede parecer que “los signos gráficos, abstractos, corresponden a las categorías del saber y no del ver” (Palsky, 2003: 13), aquí asumiremos dos hipótesis de trabajo que sugieren revisar el papel de la visualidad en los procesos de producción cartográfica: por un lado, sostendremos que específicamente en el caso de las prácticas de mapeo del relieve, la experiencia visual del trabajo de campo que hace el topógrafo para construir los datos con los que levantará la hoja topográfica es un elemento clave en el proceso de producción de tales mapas y que, en gran parte, esa búsqueda de un lenguaje cartográfico abstracto persigue el objetivo de ofrecer nuevos paisajes que el ojo entrenado será capaz de construir visualmente en el momento de analizar una hoja topográfica aunque nunca haya estado presente en ese lugar. Este trabajo estará centrado en los materiales visuales que el cartógrafo elabora durante la campaña: las fotografías, las vistas topográficas, los perfiles y los croquis. Se sostendrá que el cartógrafo releva estos registros desde de una mirada racional que le permite pensar, imaginar, ver y representar un paisaje en perspectiva lineal, y que así aspira a que, sin importar la distancia ni el ángulo desde los que los objetos que él dibuja son vistos, siempre será posible “transferirlos, traducirlos” (Latour, 1990: 27) para obtener el mismo objeto a otro tamaño y visto desde otra posición. La “consistencia óptica” (Ivins, 1987) que le proporcionan las fotos y las vistas le permitirá traducir esa información en clave cartográfica y diseñar un nuevo paisaje. Uno de los asuntos cruciales de esa traducción es precisamente el desplazamiento de la mirada que supone ese nuevo paisaje cartográfico: la mirada horizontal que experimenta el cartógrafo y que plasma en sus registros, dará lugar a una mirada cenital desde la que el ojo entrenado podrá ver esos paisajes escritos en el lenguaje de las curvas de nivel y otras convenciones gráficas. En esta presentación nos focalizaremos en las prácticas de mapeo realizadas hacia mediados del siglo XX en algunas áreas de la Patagonia por parte de los topógrafos del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) a partir de las siguientes preguntas: a) qué es lo que el cartógrafo ve en el campo, cómo captura esa experiencia visual que hace in situ y cómo la inscribe en diversos registros visuales (básicamente, fotos y vistas o croquis); b) cómo se traducen esos materiales visuales a un lenguaje cartográfico que permite dibujar hojas topográficas que serán ensambladas en un conjunto más amplios de hojas que pretenden cubrir todo el territorio nacional; c) qué es lo que esos signos permiten ver y qué es lo que los topógrafos proponían visualizar a través de ellos.