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La experiencia contempló el uso de bocashi, bioinsumo utilizado por productores agroecológicos como enmienda orgánica, siendo ésta una herramienta clave en la transición hacia sistemas productivos resilientes, diseñados para favorecer los procesos de regulación de plagas y enfermedades, y de servicios ecosistémicos. Evaluar el efecto de la aplicación de bocashi sobre las propiedades microbiológicas y químicas del suelo y la producción del cultivo de frutillas. El bocashi fue elaborado utilizando una fuente nitrogenada (estiércol de gallina) y una carbonada (aserrín de madera), tierra seca desterronada, ceniza de madera, carbón vegetal, semitín de trigo, melaza, levadura y agua.El ensayo incluyó cuatro aplicaciones de 200 g bocashi/planta (B) durante el periodo productivo del cultivo, a las que se comparó con plantas control (C), un suelo hortícola arado (H) y un suelo prístino (P). El muestreo de suelo se realizó poscosecha del cultivo (01/2018).Se evaluaron parámetros edáficos microbianos: carbono de biomasa microbiana (CBM), respiración microbiana (RM), hidrólisis del diacetato de fluoresceína (FDA) y recuento de hongos totales (HT) y químicos: carbono orgánico (CO), N total (NT), fósforo extraíble (Pe), pH, conductividad eléctrica (Ce); y de rendimiento en el cultivo. En general el suelo prístino mostró más actividad microbiana y mejores condiciones químicas, que los tratamientos bajo producción agroecológica de frutilla. Esta primera aplicación de bocashi al cultivo de frutilla mostró leves incrementos de CBM, RM y HT en el suelo respecto al control. A su vez, B registró los niveles más altos de P disponible.El rendimiento promedio de las frutillas fue superior cuando se incorporó bocashi al suelo.