Desigualdades en salud y redes sociales. Una aproximación a la situación de los adultos mayores

LILIANA FINDLING, ELSA LÓPEZ, MÓNICA ABRAMZÓN, PAULA LEHNER, MARISA PONCE Y MARÍA PÍA VENTURIELLO

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Jornada; VII Jornadas Nacionales de Debate Interdisciplinario de Salud y Población; 2007

Área Salud y Población - Instituto Gino Germani - Facultad de Ciencias Sociales (UBA)

La cobertura en salud, el nivel de ingresos, las dificultades para el acceso a los centros de atención y las redes familiares y sociales juegan un papel preponderante en las desigualdades en salud y determinan una percepción diferencial de síntomas, enfermedades y cuidados. La disponibilidad de un capital social en contextos de riesgo o necesidad lleva a poner en juego una gama de recursos difíciles de medir y desempeña un papel determinante más allá de los condicionantes estructurales de las desigualdades.   En la investigación que dio origen a esta presentación nos propusimos conocer las desigualdades en la percepción de la morbilidad y en el cuidado de la salud de la población argentina y relacionarlas con dimensiones demográficas, socioculturales y económicas. En este trabajo se ha buscado explorar las percepciones que tienen las personas mayores (varones y mujeres) sobre su calidad de vida, su salud y las condiciones que las mejoran o empeoran indagando sobre la vida cotidiana, la alimentación, las formas de atención de la salud, las actividades de recreación, las ayudas materiales y simbólicas, las preocupaciones acerca de la situación en la que se vive y las redes de relaciones (familiares, amistosas, profesionales, vecinales) Se trabajó con un diseño exploratorio y cualitativo, cuya unidad de análisis fue la población de ambos sexos de 65 años o más que residía en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Como instrumento de recolección de la información se utilizó la entrevista en profundidad. La muestra fue intencional, por cuotas de sexo, edad y nivel socioeconómico. Se realizaron 30 entrevistas. En la guía de entrevistas se incluyeron las siguientes dimensiones: sociodemográfico, vida cotidiana, familia y redes sociales, trabajo e ingreso y salud. Las situaciones de mayor vinculación con las personas con distintos familiares, amigos o vecinos parecen incidir en una mejor valoración del estado de salud. Se advierte, asimismo, que cuando los malestares no impiden, inhabilitan o condicionan la vida diaria, se tiende a percibir un buen estado de la salud pese a la existencia de dolencias en tratamiento, aspecto importante desde el momento en que no necesariamente la percepción de la salud se limita a un diagnóstico médico sino a cómo la persona se siente y sobrelleva su malestar. De este modo el apoyo social aparece como otro factor constituyente de la multidimensionalidad de las desigualdades.