CUIDADO DE SÍ Y CUIDADO DEL OTRO. APORTES DESDE M. FOUCAULT

VIGNALE, SILVANA PAOLA

Río de Janeiro

Otro; V Colóquio Internacional de Filosofia da Educação; 2010

Facultade de Educaçao - Universitade do Estado do Rio de Janeiro

La tercera etapa de la obra de Michel Foucault1 está caracterizada por abordar la cuestión de las formas de subjetivación, mediante dos nuevos enfoques respecto de las etapas anteriores. En primer lugar, desde el punto de vista histórico, ya que los análisis se sitúan en la Antigüedad Clásica. En segundo lugar, respecto de la constitución de la subjetividad a partir de la experiencia de sí o relaciones que el sujeto mantiene consigo mismo. Esta relación consigo mismo se establece mediante lo que Foucault denomina técnicas del yo, y dan un giro a sus investigaciones, que fueron caratuladas como una estética de la existencia. De este modo resuelve Foucault el problema que se plantea al finalizar el tomo de La voluntad de saber, donde parece que el libro se cerrara en la relaciones de poder. Hasta aquí Foucault había analizado la constitución de la subjetividad en cuanto es determinada por técnicas de dominación (poder) y técnicas discursivas (saber). Con las prácticas de sí aparece la dimensión autoconstituyente del sujeto.La cuestión del conocimiento de sí como opuesto a la experiencia de sí mismo aparece problematizada en las primeras clases del curso en el Collège de France de 1981-1982, reunidas bajo el título La hermenéutica del sujeto. La experiencia de sí mismo surge bajo la forma de la inquietud de sí mismo (epimeleia heautou), que entre los griegos estaba asociada a otro precepto, el conócete a ti mismo. Éste último se convierte en la historia del pensamiento occidental en el exponente de las relaciones entre sujeto y verdad, después de lo que Foucault llama el momento cartesiano, y con ello, el definitivo distanciamiento de las prácticas de sí como experiencias transformadoras o transfiguradoras del sujeto.El estudio de Foucault sobre la experiencia de sí es realizado a partir del análisis de prácticas antiguas, que se traducen en ocuparse de sí y cuidar de sí mismo. Para comenzar este estudio, Foucault se vale de la lectura de Alcibíades de Platón, atendiendo al personaje de Sócrates como figura central promotora del precepto del cuidado de sí. En segundo lugar, analiza esta experiencia de sí mismo en el siglo I y II, cuando se consideraba que la relación consigo mismo debía de apoyarse en la relación con un maestro, con un director, o en todo caso con otro. Pero también se hace necesario para cuidar de otro, que antes se deba cuidar de sí, y ese cuidado implica un desaprender lo aprendido, borrar los límites de lo sabido, establecer nuevos márgenes. Se trata de una paradoja: para la formación debemos des-educarnos, para enseñar, debemos des-aprender, para hacer pedagogía, debemos sustituir la pedagogía, corregirla, cambiarla. Nos interesa a partir de estas lecturas trabajar la dimensión ético-política del cuidado de sí, la liaison existente entre el cuidado de sí y el cuidado del otro, lo cual presenta cierta circularidad: la relación consigo mismo requiere de la relación con otro; y el cuidado del otro requiere del cuidado de sí. Podemos decir que se trata de una tensión entre un sí mismo y un otro, de una tensión que no pretende resolverse, pero que nos ayuda a pensar las relaciones entre subjetividad y educación. Si para educar, o cuidar del otro, antes es necesario el cuidado de sí como formación que sustituya a la educación que tuvimos, la pregunta que hacemos en una lectura desde el presente es ¿por qué educar? ¿Por qué insistir en la educación?