INVESTIGADORES
SANDOVAL SALINAS Maria Leonor
congresos y reuniones científicas
Título:
La relación entre el ser humano y el medio ambiente en la enseñanza disciplinar de las ciencias
Autor/es:
SANDOVAL SALINAS, MARÍA LEONOR; RODRÍGUEZ, GABRIEL FEDERICO; SALINAS LANCIOTTI, JULIA JOSEFA
Lugar:
Guayaquil
Reunión:
Congreso; XI Conferencia Interamericana sobre Enseñanza de la Física; 2013
Institución organizadora:
Consejo Interamericano de Enseñanza de la Física
Resumen:
Desde distintos ámbitos se reciben señales y alertas sobre la existencia de un estado global peligroso en la Tierra. Se lo ha caracterizado como una situación de emergencia planetaria, que implica un conjunto de graves problemas inter-relacionados, tales como diversos tipos de contaminaciones medioambientales, desertización y degradación de ecosistemas, pérdida de biodiversidad, agotamiento y destrucción de recursos naturales, sometimiento de millones de seres humanos a situaciones extremas de pobreza y violencia, etc. A la acuciante realidad actual no se llegó en unos pocos años, y los educadores no fueron indiferentes a la evolución, preocupante, de los acontecimientos. Algunos autores mencionan precedentes que se remontan al siglo XIX. Entre otros antecedentes conocidos, cabe mencionar que ya en 1970 la Comisión de Educación de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos) planteaba la necesidad, las características y las finalidades de una educación que aborde el estudio de las interrelaciones entre el ser humano, su cultura y su medio biofísico. El análisis de estas interrelaciones permite identificar diversas posturas éticas. En una descripción muy breve y esquemática, cabe decir que desde una visión antropocéntrica se considera que los intereses de los seres humanos deben recibir atención por encima de cualquier otra cosa; desde una visión biocéntrica se reivindica el valor primordial de la vida y el respeto que merecen los seres vivos; desde una posición ecocéntrica se da prioridad a los ecosistemas sobre los individuos -incluidos los seres humanos-; y desde una posición ambiocéntrica se analiza la relación ser humano-naturaleza desde el paradigma de la complejidad. Desde cualquiera de estas visiones, se reconoce (aunque con análisis y justificaciones muy diversos) que los problemas medioambientales no son meramente técnicos; son fuertemente sociales y culturales. La adopción de medidas adecuadas para enfrentarlos requiere una ciudadanía con conocimientos, valores y actitudes aptos para implicarse y transformar positivamente la situación. Dada la gravedad de los problemas medioambientales actuales, es perentorio que la educación atienda la necesidad de favorecer esa formación de la ciudadanía, en todos los ámbitos, formales y no formales. La actual Década de la Educación por un Futuro Sostenible (instituida por Naciones Unidas y promocionada por UNESCO) implica un reconocimiento a esa perentoriedad. A la escuela, en particular, le corresponde desempeñar un papel fundamental en ese contexto. En la I Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente Humano, realizada en Estocolmo en 1972, se definió el medioambiente como “el conjunto de elementos físicos, químicos, biológicos y de factores sociales, capaces de causar efectos directos o indirectos, a corto o largo plazo, sobre los seres vivos y las actividades humanas”. Esta descripción deja claro que en los problemas medioambientales intervienen sistemas complejos, definidos por la interacción de componentes heterogéneos. Entonces, para abordarlos se requiere tanto la especialización disciplinar como el diálogo interdisciplinario. Esto tiene consecuencias directas en la educación. En el nivel secundario, en cada área escolar es posible dar énfasis a consideraciones medioambientales en determinados contenidos específicos pertinentes, propios de cada una de las asignaturas. La problemática medioambiental es un contenido transversal, y su tratamiento en este nivel escolar se enriquece notablemente cuando es encarada desde distintas asignaturas. Es posible entonces establecer diálogos que integren los aportes disciplinares, a la perspectiva totalizadora requerida por los fenómenos medioambientales. Esto permite reconocer los aportes relevantes de distintas formas de conocimiento (sin perder el rigor, y asumiendo los límites, de los tratamientos disciplinares). Ese es, entonces, el objetivo. Pero en Argentina no es fácil alcanzarlo, por dos razones fundamentales. Por un lado, por el acendrado aislamiento en que cada profesor desarrolla su labor en la mayoría de los establecimientos educacionales. Por otro lado, porque en nuestro país los docentes no han tenido educación ambiental en su formación (y tampoco tienen apremio por alcanzarla, ya que la consideración de cuestiones medioambientales no está institucionalizada de manera orgánica en los planes de estudio de las asignaturas que enseñan). En ese contexto, se decidió iniciar una experiencia, en el convencimiento de que es imprescindible, y posible, cambiar la situación actual. Se pretende: A largo plazo, favorecer la construcción colectiva en una escuela de nivel secundario (con intervención de colegas de otras disciplinas y áreas), de nuevos enfoques, nuevos contenidos y nuevos métodos educativos, más aptos tanto para estudiar de manera integral las problemáticas medioambientales, cuanto para fomentar mayores compromisos con valores y actitudes adecuados para vivir en mejor convivencia con el resto del mundo. A mediano plazo, trabajar en estrecha colaboración con los colegas que enseñan otras asignaturas de la misma área escolar en el mismo establecimiento educativo, a fin de introducir orgánicamente la dimensión ambiental en el currículo de ciencias de la escuela. Esto implica incluir conocimientos sobre los factores naturales del medio ambiente, sobre los factores sociales que inciden en las problemáticas medioambientales, y sobre los aspectos que favorecen la formación de valores y actitudes más positivos para el medioambiente. A corto plazo, incorporar el tratamiento de problemáticas medioambientales en el desarrollo de las asignaturas (Física y Biología) que dictan, respectivamente, los autores de esta comunicación. En esta comunicación se informan algunos avances registrados en este sentido. La enseñanza de las asignaturas se encara desde una perspectiva psicológica constructivista. Previo al desarrollo de las asignaturas, interesa, entonces, conocer: (i) las ideas de los estudiantes sobre la relación entre el ser humano y el medioambiente en que vive; (ii) sus percepciones sobre los problemas medioambientales que aquejan al planeta; (iii) sus criterios y actitudes en la vida diaria frente a situaciones relacionadas con problemas medioambientales; (iv) sus valoraciones sobre la incorporación de temáticas medioambientales en el desarrollo de las asignaturas. Para relevar esa información, se elaboraron y administraron cuestionarios, que fueron respondidos por escrito por los estudiantes dentro del horario de clases. Los cuestionarios fueron presentados por los docentes como actividades propias del desarrollo de las asignaturas.