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La crisis político-económica que conmovió a la República Argentina en 2001-2002 marcó el quiebre no sólo uno de los procesos de recesión más prolongados de la historia económica del país sino también de un modelo de desarrollo estructurado durante la última década del siglo XX, aunque ensayado en forma preeliminar durante el gobierno del denominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983). En correpondencia con un patrón de inserción internacional de corte liberal, tal modelo de desarrollo impulsó una estrategia de apertura hacia las inversiones extranjeras. Diversas fueron las políticas diseñadas y ejecutadas que apuntalaron tal estrategia: modificaciones en las normativas nacionales encausadas bajo los parámetros de la desregulación y liberalización; suscripción y ratificación de tratados de promoción y protección de inversiones; aceptación de los mecanismos internacionales arbitrales para la resolución de controversias con inversores. Muchas de estas políticas, bien cabe acentuar, conllevaron un alejamiento y/o abandono de las Doctrinas Calvo y Drago, ejes imperturbables de la Política Exterior Argentina hasta entonces. Conforme las premisas de los impulsores del modelo, tal reajuste en las políticas estaba justipreciado por la imperiosidad de exhibir a la Argentina como una economía estable y confiable a fin de obtener los recursos necesarios para su proceso de reestructuración. Estos reajustes, conviene acentuar, valieron para que el país sea presentado por los referentes de las principales economías e instituciones financieras internacionales como el "mejor alumno" y/o el "modelo a seguir". Es propósito del trabajo presente analizar las principales políticas y dispositivos institucionales que canalizaron la articulación del país con el complejo regimental de inversiones transnacionales. En breve, políticas y dispositivos cuyo alejamiento y/o quebrantamiento en el gestionar de la crisis de 2001-2002 suscitaron el casi medio centenar de reclamos contra el Estado argentino en las instituciones internacionales de arbitraje. El diseño metodológico de la investigación se articula en el enfoque cualitativo. A tales efectos, recurre al análisis documental y de contenido tanto de fuentes primarias (leyes nacionales, tratados internacionales, discursos, documentos oficiales) como de secundarias (artículos de especialistas y notas de prensa). De igual modo, se sustenta el estudio en entrevistas semi-estructuradas con funcionarios y académicos nacionales.

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