Conflictos socio-ambientales: ¿Un encuentro de racionalidades diferentes?

WAGNER, LUCRECIA SOLEDAD

Salta.

Congreso; VIII Congreso Argentino de Antropología Social; 2006

Escuela de Antropología - Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta

Asistimos en la actualidad a un proceso de globalización que abarca múltiples dimensiones: hoy en día podemos hablar de globalización económica, cultural, política, social, entre otras. La cuestión ambiental atraviesa todas las dimensiones antes mencionadas, por lo que un abordaje de este tema debe contener aspectos variados en constante interacción. Para analizar las diversas formas en que los poderes dominantes, en diferentes épocas, concibieron y ejecutaron sus estrategias de apropiación de la naturaleza latinoamericana, así como sus efectos ambientales y sus consecuencias sociales, se necesita un diálogo permanente entre territorios del saber científico y tecnológico. Pero también es necesario considerar las experiencias de resistencia de los latinoamericanos, su búsqueda de alternativas, sus esperanzas y su desesperación, sus sueños a veces mal denominados utopías. Estas experiencias de resistencia, que se materializan en conflictos socio-ambientales, son eminentemente sociales. Las diferentes sociedades de América Latina han construido su relación con la naturaleza de acuerdo a sus propios saberes y significados sobre la misma. A la racionalidad dominante se oponen actualmente racionalidades alternativas que proponen otras formas de interacción entre el ser humano y su medio. Es necesario repensar la problemática de las sociedades latinoamericanas desde una perspectiva crítica y plural: hablar de ambiente en América Latina es hablar de una historia de explotación de sus recursos naturales. Su identidad se ha construido sobre modos de utilización de estos recursos y convivencia con su medio natural. Los pueblos latinoamericanos, en su diversidad, poseen saberes que deben ser aprovechados en la búsqueda de nuevas alternativas de desarrollo. Pero también valorados, reconocidos, sin olvidar también aquellos que ya han sido aplicados. La «racionalidad ambiental cultural» de estas comunidades, en palabras de Enrique Leff, debe ser valorada. En este sentido, la antropología puede realizar interesantes aportes epistemológicos y metodológicos para comprender las diferentes racionalidades que se oponen y dan lugar a conflictos por diferentes formas de apropiación de recursos y servicios ambientales. Tanto dentro de los países como entre ellos son obvias la diversidad y heterogeneidad de los actores sociales. Si bien se podrán consensuar estrategias comunes, la sociedad civil es heterogénea, sus historias son diversas, y ese tipo de atributos se deben preservar y son positivos. El mundo homogeneizado se opone a una concepción de mundo cultural y político. No hay mundo común más que al precio de la pluralidad de «comunidades de mundos». Debemos pensar una red de relaciones entre entidades culturales y políticas que constituyen la materia viva de la pluralidad de experiencias.