INVESTIGADORES
MORGENFELD Leandro Ariel
capítulos de libros
Título:
Contratos petroleros, intervención estatal, y Santo Domingo: tres puntos álgidos en las relaciones Argentina-Estados Unidos (1963-1966)
Autor/es:
MÍGUEZ, MARÍA CECILIA; MORGENFELD, LEANDRO ARIEL
Libro:
Mercados en Común. Estudios sobre conexiones, negocios y diplomacia en las Américas (siglos XIX y XX)
Editorial:
El Colegio de México
Referencias:
Lugar: México; Año: 2016; p. 505 - 542
Resumen:
Lasuerte de los distintos procesos y gobiernos latinoamericanos, en los álgidosaños 1960, estuvo íntimamente vinculada a la relación con Estados Unidos. Enpleno desarrollo de la Guerra Fríaen América, luego del triunfo de la Revolución Cubana, Washington desplegó unanueva política hacia la región, ya sea a través de las concesiones económicas-Alianza para el Progreso- o de las intervenciones militares -Bahía deCochinos, Santo Domingo, apoyo a las fuerzas armadas para consumar golpes deEstado-. Ese contexto determinó las relaciones interamericanas.[1]            Durante la gestión de ArturoFrondizi (1958-62) se desarrollaron diversos conflictos con Estados Unidos, enparticular por la reticencia argentina a aceptar la política de Washington deexcluir a La Habana de la Organización de Estados Americanos (OEA). Sinembargo, en algunos aspectos económicos hubo acercamiento, entre ellos el temapetrolero. Luego del golpe de estado de marzo, asumió José María Guido(1962-63).[2]Se produjo, en esos meses, un alineamiento argentino tras las políticasdel Departamento de Estado. Altos mandos de las fuerzas armadas visitaronfrecuentemente el Pentágono, entre ellos el jefe del ejército, Juan CarlosOnganía, quien más tarde adheriría en forma entusiasta a la Doctrina de Seguridad Nacional,impulsada por la Junta Interamericana de Defensa.[3] Coneste giro en la relación bilateral, se anticipaba la política de acercamiento aWashington que se profundizaría tras el golpe contra Arturo Illia, en 1966,tres años más tarde. Luego de las múltiples tensiones que habían caracterizadoal vínculo bilateral en las décadas anteriores, y en particular durante lagestión de Frondizi, el gobierno de Guido, y los jefes de las tres armas,sobreactuaron el apoyo a Washington. Argentina dejó de ser el país que renegabadel sistema interamericano, y pasó a ofrecer su apoyo concreto a la acción de laOEA reclamada por Kennedy cuando anunció la cuarentena contra Cuba durante laCrisis de los Misiles. Diversos factores explican este giro. En primer lugar, la severísima crisis económica de 1962,que incrementó la dependencia de la asistencia por parte de Estados Unidos y elFondo Monetario Internacional (FMI). En segundo lugar, la sobreactuaciónargentina también se debía a la debilidad de Guido, fuertemente condicionadopor diversas tendencias militares que sostenían y a la vez amenazaban a sugobierno. Por último, la participación militar argentina en el bloqueo navalcontra Cuba, y sus audaces propuestas en la OEA, apoyando la creación de unafuerza militar interamericana, respondían a la creciente influencia delPentágono en las fuerzas armadas, en particular en la figura de Onganía, nuevojefe del ejército.[4] Durante la Crisis de losMisiles, entonces, se encuentra quizás la más temprana manifestación de cómo laDoctrina de Seguridad Nacionalempezaba a penetrar en los altos mandos militares argentinos, algunos de ellosformados en la Escuela de las Américas.[5]      [1] Entre la amplia bibliografía sobre lasrelaciones interamericanas, la OEA y el Tratado Interamericano de AsistenciaRecíproca (TIAR), pueden consultarse Aguilar Monteverde, El panamericanismo, (1965); Connell-Smith, The United States (1974); Gilderhus, The Second (2000);Rabe, The Killing Zone (2012); Smith,Gaddis, The Last (1994); VázquezGarcía, Humberto, De Chapultepec, (2001).Una visión crítica sobre el origen del ambicioso programa de la Alianza para elProgreso puede consultarse en Selser, Alianza,(1964). Nos ocupamos específicamente de esta problemática en Morgenfeld,?Desarrollismo? (2012), pp. 133-163. Véase también Taffet, Foreign Aid, (2007).[2] El vicepresidente deFrondizi, Alejandro Gómez, había renunciado seis meses después de asumir, endesacuerdo con la política petrolera del Jefe de Estado, por lo cual en 1963debió asumir el presidente de la Cámara de Senadores, José María Guido.[3] Sobre la Doctrina de Seguridad Nacional, véanse Bacevich, Washington Rules, 2011;Rabe, The Killing Zone, 2012. [4] Morgenfeld, ?Argentina? (2012).[5]Para consultar sobre la dinámica política y económica argentina en el período1955-1966, véanse Rapoport,Historia económica (2006); Castello, La democracia (1986);Gerchunoff y Llach, El ciclo;Mallon y Sourrouille, La política; Potash, El ejército (1981),véanse Escudé y Cisneros, Historia general (2000); Rapoport y Spiguel, Políticaexterior (2006); Simonoff, Los dilemas (2007).