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La presencia de depósitos mesozoicos en la Precordillera septentrional ha sido reconocida recientemente (ver revisión en Limarino et al., 2005). Estos afloramientos, representados por las Formaciones Santo Domingo (Triásico Superior-Jurásico Inferior) y Ciénaga del Río Huaco (Cretácico Superior), afloran en fajas meridionales con orientación NNO-SSE a lo largo de las provincias de San Juan y La Rioja, generando interesantes perspectivas para los modelos paleogeográficos de las cuencas mesozoicas. La extensión generalizada debida al desmembramiento de Gondwana dio lugar a la depositación de estas unidades en cuencas extensionales probablemente tipo hemi-graben someras, con dominio de sedimentación continental.En la evolución del relleno sedimentario de las cuencas se pueden reconocer cinco sistemas depositacionales (SD) relacionados a dos pulsos de extensión (o rifting) con etapas de sinrift y postrift. El primer pulso de extensión está representado en la Formación Santo Domingo, en la cual se reconocieron dos sistemas depositacionales. El SD1 está integrado por conglomerados y areniscas con restos de troncos silicificados, junto a intercalaciones de basaltos alcalinos. Estos últimos han proporcionado una edad Ar40/Ar39 de 214,3 ± 7,2 Ma (Coughlin, 2002). El SD1 se interpreta como originado en sistemas fluviales entrelazados gravo-arenosos. Cabe destacar la abundancia de clastos de volcanitas ácidas y mesosilíceas (Grupo Choiyoi) y areniscas verdes probablemente eopaleozoicas evidenciando procedencia del oeste. El SD2 está integrado por pelitas y areniscas en bancos tabulares depositados en un sistema fluvial efímero con intercalaciones de depósitos de manto eólico. Tras un hiato, el segundo pulso de extensión está representado en la Formación Ciénaga del Río Huaco, reconociéndose tres sistemas depositacionales. El SD3 está integrado por un conspicuo nivel conglomerádico con abundantes clastos cuarzosos, cubierto por conglomerados, areniscas y pelitas rojas interpretadas como sistemas fluviales entrelazados de baja energía a divagantes. El SD4 está conformado por pelitas rojas con intercalaciones de niveles lenticulares y tabulares de areniscas finas mostrando estratificación entrecruzada, laminación ondulítica y niveles de yeso, margas, calizas (incluyendo restos de gastrópodos) y microcoquinas compuestas por caparazones de ostrácodos. Esta unidad registra un nivel de pelitas negras con palinomorfos y charophytas que han permitido ubicar a la secuencia en el Cretácico tardío (Maastrichtiano, Limarino et al., 2000; Ciccioli et al., 2005). El SD4 es interpretado como la sedimentación en un ambiente lacustre efímero clástico-evaporítico con variaciones en la línea de costa. Lateralmente estos cuerpos de agua se interdigitan con facies de sistemas fluviales efímeros. Finalmente, el SD5 que corona la sucesión se caracteriza por mostrar un monótono conjunto de areniscas finas con estratificación entrecruzada en sets de escala grande, interpretadas como depósitos de dunas eólicas.De esta manera, en la evolución del relleno de las cuencas mesozoicas de la Precordillera septentrional se pueden reconocer dos pulsos de extensión. El primero, durante el Triásico Superior-Jurásico Inferior, correspondiente a la Formación Santo Domingo con el desarrollo de una fase de sinrift (SD1) con sistemas fluviales entrelazados con intercalaciones de basaltos alcalinos. Una posterior fase de postrift es representada por el SD2 con el desarrollo de sistemas fluviales efímeros y depósitos eólicos. El segundo pulso de extensión tuvo lugar durante el Cretácico Superior y corresponde a la Formación Ciénaga del Río Huaco. En esta unidad, también se reconoce una etapa de sinrift (SD3), aunque de reducido espesor, con el desarrollo de sistemas fluviales de baja energía a divagantes. Más tarde, durante el postrift se desarrollan sistemas lacustres efímeros con ciclos de expansión-contracción (SD4), que culminan con el desarrollo de los sistemas eólicos representados en el SD5.

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