INVESTIGADORES
IOSA Juan Francisco
congresos y reuniones científicas
Título:
La crisis de la democracia como crisis de la burocracia estatal
Autor/es:
IOSA, JUAN
Lugar:
Valdivia
Reunión:
Congreso; Jornadas Nacionales de Filosofía del Derecho; 2022
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile
Resumen:
Sostendré aquí que la crisis de la democracia por la que estamos atravesando en buena parte de Latinoamérica no es sólo una crisis de la representación política y ni siquiera una crisis del conjunto del sistema público de toma de decisiones (incluyendo aquí a los tres poderes del estado). Alegaré que debe ser concebida también como el fruto ya insoportable de la incapacidad histórica del aparato del estado para obtener resultados, una crisis de eficacia, de los medios adecuados para alcanzar cualesquiera sean los fines que nos hayamos propuesto como pueblo. Esta ineficacia es imputable en primer grado a la burocracia estatal. Incluso si incorporando sistemas de democracia abierta o dialógica lográramos mejorar la calidad democrática de las decisiones que tomamos, todavía tendríamos un problema grave con los órganos encargados de poner en práctica esas decisiones. En general los problemas de burocracia y de democracia se tratan por separado. La burocracia es mayormente trabajada desde la ciencia política y la sociología, y en todo caso por el derecho administrativo. No suele ser objeto de análisis de la teoría de la democracia. En contra de esta aproximación estándar, afirmaré que la burocracia de un estado democrático debe satisfacer parámetros y exigencias de legitimidad inexistentes en burocracias no democráticas. De aquí que la teoría de la democracia deba prestar atención a la burocracia: es su tarea explicitar tales criterios y desenvolverlos en todo su alcance, ie., dar cuenta de todo lo que requieren para que pueda decirse de una burocracia que goza de legitimidad democrática. El problema de la burocracia es interno a la teoría de la democracia. Cualquier demócrata debe, por ello, prestarle atención. Quizás incluso más atención que a la crisis de la representación y a la introducción de instituciones de democracia participativa.