El apogeo de la "ciudad de todos". Mar del Plata en los años sesenta

PASTORIZA, ELISA; PIGLIA, MELINA

EUDEM

Lugar: Mar del Plata; Año: 2023 p. 235

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Mar del Plata casi no necesita introducción para el lector argentino. Su fama como el balneario más popular está bien establecida y ha prácticamente pasado al folklore nacional que, con la incorporación de los trabajadores se convirtió en una meca del conjunto de las clases sociales del país. Nacida como reducto estival de las clases altas porteñas, comenzó a abrirse hacia otras franjas sociales diferentes de las tradicionales en un proceso que, iniciado en la segunda década del siglo pasado, cobró mayor intensidad cuando se reconvirtió en el balneario de masas contemporáneo. La transformación de villa balnearia en ciudad turística implicó una renovada expresión -en el ámbito del tiempo libre- de la tendencia que atravesaba el desarrollo de la sociedad argentina en el siglo XX: una persistente apertura social a los bienes públicos y al disfrute de capas más amplias de la población. Asimismo, la conformación de este espacio social tuvo efectos que trascendieron las rutinas del ocio de los visitantes, dando origen a un centro urbano con características marcadamente complejas respecto del horizonte de pueblos provinciales y otras ciudades del país. En ese sentido no es posible separar el estudio del ámbito turístico de la ciudad en que se asentó, un singular proceso que contribuyó al desarrollo de una interesante sociedad que conjugó aspectos locales y globales. Efectivamente, el itinerario de Mar del Plata permite reflexionar sobre varias cuestiones: las imágenes dicotómicas entre lo turístico y lo no turístico, la ciudad de los veraneantes y la de los residentes estables, el mundo del ocio y del trabajo. La conjugación de aspectos sociales, económicos, culturales y sus temporalidades, con su densa concentración y aceleración de experiencias vitales, distinguen su historia de otros ejemplos internacionales y otros centros urbanos del propio país. El señalado carácter implicó que tendencias, regularidades, identidades e imágenes socio-culturales de la sociedad argentina se manifiesten en forma descarnada y concentrada en la ciudad, tornándose en un laboratorio social cuyo estudio resulta complejo y a la vez interesante. Estos sentidos y problemas se pretenden indagar en el contexto de la primavera de los años sesenta. El largo camino de la aventura del ascenso –parafraseando a José Luis Romero- tuvo como uno de sus más apreciados peldaños la educación en todos sus niveles y un sostenido acceso a los bienes públicos. Mar del Plata, otrora vedada, constituyó un escalón más en ese camino, posibilitando también su disfrute a las clases medias y trabajadoras argentinas. Mientras las clases altas y medias altas aún no la abandonaban del todo, el balneario se tornó, por un tiempo en “la ciudad de todos”.