INVESTIGADORES
PIGLIA Melina
capítulos de libros
Título:
Los caminos y el ocio: el turismo en automóvil
Autor/es:
PIGLIA, MELINA
Libro:
Vialidad Nacional: 90 años: conectando caminos
Editorial:
Dirección Nacional de Vialidad
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2023; p. 10 - 34
Resumen:
Desde los años 1920 los automotores se difundieron aceleradamente en la Argentina Con ellos llegaron nuevas formas de moverse por la ciudad y de transportar bienes, de trabajar y de disfrutar del ocio. Tomó forma, así, toda una cultura conformada en torno al automóvil, a la velocidad y al movimiento. El uso del auto para el placer y el ocio tuvo un papel protagónico en esta cultura, que se expandió a partir de los años treinta, cuando el auto fue adoptado por los sectores medios y sus cambios técnicos lo volvieron más seguro y previsible y, sobre todo, cuando las obras viales volvieron posibles el turismo en automóvilPor qué viajar en automóvil? El automóvil era libertad: permitía moverse independientemente del trazado y los horarios del ferrocarril. Por otra parte, en un contexto en el que el turismo nacional se veía como una forma de incentivar el patriotismo y unificar la nación, el turismo en automóvil resultaba ideal para un modelo de viaje en el que se iban enlazando en un circuito, multitud de pequeños destinos, una serie de hitos y vistas patrióticos, ya fueran estos rasgos naturales, restos del pasado nacional o colonial o muestras del progreso nacional. A partir de los años 1940 y 1950, un creciente número de familias se lanzó a estos recorridos turístico-patrióticos sobre la base de la ruta pavimentada a Mendoza o de la que llevaba, pasando por Córdoba, a las provincias del Noroeste (Tucumán, Salta y Jujuy). Las fotografías familiares de estos viajes, conservadas en miles de hogares argentinos, dan cuenta de la centralidad del auto y del camino: en la gran mayoría el automóvil es protagonista, junto al paisaje o la señal caminera, las pruebas de que se han recorrido y conocido los lugares apropiados, a los que se ha llegado con el esfuerzo de la máquina y del conductor. Aún donde la ruta en sí no resultaba tan interesante, como en el caso del camino hasta Córdoba, el viaje en automóvil, que llevaba casi dos días, se presentaba como un camino de descubrimiento de la Patria en otro sentido: el contacto con la “gente amable” del interior, serviciales, sencillos, que nacionalizaba a los cosmopolitas habitantes de Buenos Aires. Finalmente, viajar en automóvil en la Argentina de esos años todavía podía ser una aventura. En la Argentina, con su enorme territorio, persistieron hasta por lo menos los años 1960 espacios, en el Noreste y la Patagonia, por ejemplo, con caminos deficientes y escasos servicios. Eso hizo posible que coexistieran una experiencia del camino domesticada, previsible y segura, y otra marcada por la ilusión del descubrimiento de territorios y caminos casi “vírgenes”.