INVESTIGADORES
BARBETTA Pablo Nicolas
congresos y reuniones científicas
Título:
Los trabajadores rurales de la caña en Tucumán, Argentina: participación sindical en dos períodos
Autor/es:
GIARRACCA, N. BARBETTA, PABLO, ORLANSKY, DEBORA
Lugar:
Río de Janeiro, Brasil
Reunión:
Congreso; X Congreso de Sociología Rural; 2000
Institución organizadora:
IRSA
Resumen:
Los trabajadores de la zafra azucarera en Tucumán conforman uno de los sectores de la mano de obra rural argentina que mayor participación sindical tuvieron en la mitad del siglo XX. En efecto, en la década de 1940 se fundó el sindicato que agrupa a los trabajadores del surco (rurales) y a los trabajadores de fábricas (ingenios): la FOTIA (Federación de Obreros de Industria Azucarera tucumana). FOTIA fue creada en junio de 1944 durante el primer gobierno peronista y tuvo una fuerte relación con el estado, quien se orientaba a crear vínculos políticos con el incipiente movimiento social de los trabajadores. El gremio protagonizó junto con otras organizaciones de campesinos y trabajadores (maestros) importantes luchas por obtener derechos sociales y mejores condiciones de trabajo y de vida. La Sociología durante la época del 60’se ocupó por abordar el análisis de los trabajadores y campesinos de la actividad agroindustrial cañera de Tucumán. (Murmis y Waisman, 1969; Silvia Sigal, 1969) Estos trabajos comparaban las conductas y orientaciones de los trabajadores del surco de la caña con los de las fábricas de azúcar (ingenios). Se entendía que estos últimos presentaban una mayor conciencia social en tanto estaban organizados en los espacios de las fábricas y en una socialización política más avanzada. Como formando parte del “proletariado industrial” estaban en mejores condiciones para la acción gremial y política. Sin embargo, en el trabajo de la socióloga Silvia Sigal “Crisis y conciencia obrera: la industria azucarera tucumana” se desarrolló una argumentación acerca de la “orientaciones de los trabajadores cañeros” que se acercaba más a abordajes que - sin dejar de tomar las posiciones de clases-  se plantean las acciones de los sujetos desde configuraciones más amplias donde intervienen las representaciones sociales, los valores culturales y donde la ideología refiere a procesos complejos que incluye lo social pero también lo discursivo y lo subjetivo (van Dijk, 1999). En tal sentido podemos decir que el trabajo de Sigal fue pionero en el tratamiento de estos temas. Muchos años después, abordamos el mismo sector que aquellos trabajos anteriores: los trabajadores rurales de la actividad cañera en Tucumán. Las profundas transformaciones del país y de la actividad, nos orientaron a abordar el estudio del “trabajo” en esta actividad agroindustrial desde una perspectiva compleja que incluyera desde los mercados laborales hasta los mundos sociales y de vida de los trabajadores. Aquel trabajo de Silvia Sigal nos estimuló a abordar –más de 30 años después- la problemática de ciertas representaciones sociales y orientaciones de los trabajadores en estudio. Incluimos ciertas preguntas en la encuesta general (que tenía como objetivo mensurar algunos rasgos demográficos y de los vínculos laborales de los trabajadores) tendientes a registrar algunas opiniones acerca de situaciones muy cercanas a su mundo laboral: sindicalización; grado de conocimiento y opiniones acerca de sus representantes gremiales; opiniones acerca de la cosechadora integral que es la maquinaria de última generación que reemplaza al trabajo humano y la participación en los que nosotros conceptualizamos “las nuevas protestas” que en el Noroeste de Argentina asumen generalmente la forma de “cortes de rutas” (Ver Alonso, J, Barbetta, P. y Lapegna, P, 1999 y Laufer, R. y Spiguel, C. 1999). Para abordar “las orientaciones” de los trabajadores rurales en el 2000, necesitamos reflexionar acerca de los conceptos que guiaron nuestro abordaje. Nuestro punto de partida toma distancia de un abordaje “clasista” que deriva de la posición de los individuos en la estructura económica sus posibilidades de organización o de acción. Sin embargo, ubicamos a los sujetos en un espacio social donde las posiciones no son intercambiables, esta posición marca los límites pero también puede proporcionar recursos para la acción. Sostenemos que no son las condiciones estructurales las que condicionan la acción, ésta no es fácilmente derivable de condiciones observables y frente a las mismas situaciones no todos los sujetos actúan y los que lo hacen, no lo hacen del mismo modo. El punto más fuerte de comparación entre el trabajo de Silvia Sigal y el que presentamos aquí, es la participación sindical. Los trabajadores de la década del 90’ tienen un bajo nivel de participación sindical comparados con los de la década del 60’. Silvia Sigal colocaba en su trabajo a la organización sindical como catalizadora (la autora habla de “agente clarificador”) en relación con valores, orientaciones, predisposición a la acción política. Un interrogante que se nos presenta es si los trabajadores rurales de los 90, tienen  fuertes orientaciones y representaciones sociales y predisposición para la acción gremial y política. Y si las tienen ¿qué organizaciones actúan como catalizadores (o de productora de identidades y sentidos)  teniendo en cuenta que el nivel de participación sindical ha disminuido considerablemente? En primer lugar sintetizaremos los hallazgos del trabajo de Sigal encuadrándolos en la situación social, política y gremial de aquellos años. En segundo lugar trataremos de dar sustento a nuestros conceptos y mostrar algunas relaciones que hemos encontrado en el trabajo de investigación, que permiten una comparación con el trabajo de Sigal.