INVESTIGADORES
BARBETTA Pablo Nicolas
congresos y reuniones científicas
Título:
Medioambiente, tecnologías y las acciones de los sujetos. El caso de los horticultores argentinos
Autor/es:
GIARRACCA; N, BARBETTA, PABLO; RIVAS, ANA
Lugar:
Dallas, Texas, EEUU
Reunión:
Congreso; XXIV Congreso de la Latin American Studies Associattion (LASA) –The Global and the local: Rethinking area studies; 2003
Institución organizadora:
Latin American Studies Associattion (LASA)
Resumen:
La agricultura argentina presentó particularidades en relación con el resto de América latina. Tanto en el paisaje agrario -las producciones de cereales, los desarrollo ganaderos, los cultivos agroindustriales desarrollados tempranamente ya en el siglo XIX-, así como en una estructura social donde coexistieron la gran empresa agroganadera (el terrateniente capitalista) con la mediana y pequeña propiedad familiar y, por último, en un patrón de innovaciones tecnológicas basado más en la introducción de maquinarias agrícolas que en la utilización de agroquímicos, debido al alto nivel de fertilidad en la región pampeana.               Este cuadro fue modificándose desde fines de los años de 1960. El sector agrario hasta entonces había crecido en rubros relacionados con el mercado interno (ganadería vacuna y productos industriales) lo que incidía favorablemente en las economías regionales y sobre las producciones pampeanas que proveían alimentos básicos de consumo popular masivo. No obstante el período de 1930 a 1960 se lo caracterizaba como de “estancamiento relativo” pues las exportaciones de cereales provistas por la región pampeana no crecían con el mismo ritmo del período anterior (1980-1930). Este “estancamiento relativo” incidía en la balanza comercial del país y era tema de grandes debates políticos (véase Giarracca, N. 1999). Desde fines de los años de 1960, pero sobre todo desde el cambio económico y político de 1976 (el golpe de estado), la tendencia se fue revirtiendo: la agricultura pampeana comenzaba a crecer incidiendo básicamente en el alza de las exportaciones mientras que las economías regionales vinculadas al mercado interno y  la demanda de los asalariados se estancaban, disminuyendo sus niveles de actividad. El llamado boom de la producción de cereales y sobre todo del complejo oleaginoso, se llevó a cabo por la introducción de nuevos paquetes tecnológicos, la doble cosecha y la utilización de nuevas semillas híbridas (véase Aparicio, Giarracca y Teubal, 1992).               Otro momento de transformación importante en la agricultura argentina está ubicado en la década de 1990, bajo las políticas de corte neoliberal implementadas por el gobierno justicialista de Carlos Menem con su ministro Domingo Cavallo. Desde el decreto de desregulación económica de fines de 1991 hasta la implementación de políticas públicas que favorecían a las grandes empresas de semillas y agroquímicos (la convertibilidad del peso con el dólar, por ejemplo) así como la implementación de un dispositivo comunicacional que celebraba al nuevo modelo “productivista” (el de las cosechas récords de la soja), se fueron creando las condiciones para la consolidación del modelo agrícola que prevalece en la actualidad.               Durante muchos años el empleo de agroquímicos estuvo limitado a algunas producciones –dentro de las cuales se encontraban las hortalizas- pero en cantidades muy bajas en comparación con las mismas producciones en Europa o Estados Unidos. Dicen Teubal y Rodríguez (2001): “Algunos rubros dentro de los insumos agropecuarios crecieron a tasas particularmente altas. El uso de fertilizantes es uno de ellos: hasta 1991 el consumo de fertilizantes químicos oscilaba en alrededor de 320.000 toneladas por año de las cuales 165.000 eran de nutrientes. La producción nacional aportaba casi el 30% de la oferta total. Después del Plan de Convertibilidad el uso de fertilizantes aumentó 38% por año entre 1991 y 1996 en coincidencia con los aumentos en los precios de los granos. Crecen también las importaciones de agroquímicos de todo tipo. En 1997 el consumo cae, recuperándose en 1999, promediando para el período 1996-1999 un crecimiento de 2,5% anual. Al comienzo del nuevo milenio la demanda de fertilizantes seguía deprimida, en consonancia con la crisis generalizada que se manifiesta en el sector”(2001: 83).               Estas cifras nos habilitan a pensar en que a partir de los años de 1990 se consolida lo que algunas organizaciones sociales ambientalistas denominan “el  modelo agrícola productivista”. El aumento de la producción es lo que cuenta sin importar el costo en el nivel de los recursos naturales, la diversidad biológica, la del control de la tierra y las poblaciones agrarias y rurales involucradas. Varias organizaciones se han ocupado de dar cuenta de las consecuencias de este modelo en los recursos naturales y otros trabajos han puesto el énfasis en las consecuencias en el nivel del empleo agrícola o en la escala de producción necesaria para seguir en producción. En este trabajo nos proponemos reflexionar en otro nivel de las consecuencias del "modelo productivista": qué pasa cuando los sujetos productores toman conciencia de los riesgos para el consumo de los alimentos que cultivan y de las potenciales consecuencias en la salud de la población en general y de ellos mismos como trabajadores del sistema.               Llevamos a cabo una investigación acerca de la producción hortícola de la provincia de Tucumán en el departamento de Lules enfocando las imbricaciones entre el trabajo agrario y el urbano en las familias productoras. A medida que avanzábamos en nuestro trabajo de campo focalizado sobre la pluriactividad,  el problema de la utilización excesiva de fertilizantes como causas de graves enfermedades irreversibles en algunos agricultores se mostraba una y otra vez. De allí que decidimos abordar esta problemática con los recursos con que contábamos: información acerca de la forma de producir y desde los discursos de los sujetos que la llevan a cabo así como los de los técnicos a quienes consultan. El trabajo no pretende abordar centralmente el problema del uso de agroquímicos en la producción hortícola sino, específicamente, la situación en que a los agricultores se les presenta la posibilidad de cambiar el modelo productivo ya sea por motivaciones personales o económicas.   Para tener una idea de las consecuencias del uso de agroquímicos en el nivel de los consumidores, cerraremos esta introducción con una situación que ocurrió en uno de los trabajos de campo. Visitamos a los horticultores en los momentos de producción, generalmente mientras se hacen almácigos de un producto se está cosechando otro. Una vez, estábamos con un productor que ya lo habíamos visitado varias veces, en medio de la entrevista , alguno de nosotros intentó tomar una fresa muy tentadora del cajón en preparación. Inmediatamente quienes nos rodeaban nos advirtieron que esa no era fruta para nosotros sino para “el mercado” y que buscarían para convidarnos aquellas producciones cultivadas orgánicamente que es lo que comen con sus familias y que garatizan como saludables.