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El libro "La producción de la sexualidad. Políticas y regulaciones sexuales en Argentina", ofrece un entretejido de temáticas, datos empíricos y teorías que representa un aporte decisivo tanto para la consolidación de los estudios sobre la sexualidad en Argentina como a la profundización de los análisis en un contexto político cambiante. No sólo algunos de los artículos analizan el contexto político emergente sino que también este libro en sí puede pensarse como parte de un desplazamiento necesario tanto a nivel de la reflexión teórica como de la delimitación empírica. Si politizar la sexualidad fue un propósito iniciático de los movimientos feministas y por la diversidad sexual, y por ende un objeto de análisis privilegiado para los estudios sobre la sexualidad, en algunos aspectos esta etapa puede considerarse parcialmente concluida. La visibilización tuvo un papel importante en momentos en que la hegemonía sobre el orden sexual, sostenida en gran parte por la Iglesia Católica, relegaba a la diversidad sexual a los márgenes ilegales y opacos. Hoy, en cambio, el orden simbólico parece haberse invertido parcialmente y el pluralismo sexual no sólo es visible sino que, en ciertos casos y contextos, también es legítimo. Fragmentando un sistema legal que por décadas jerarquizó el orden sexual reproductivo, comenzaron a sancionarse una serie de reformas que, por el contrario, garantizan (al menos formalmente) el desanudamiento entre sexualidad y reproducción. Leyes a favor del acceso universal a anticonceptivos, la obligación del dictado de educación sexual en las escuelas, el derecho al casamiento para personas del mismo sexo o el avance en el Congreso de la ley sobre identidad de género, permiten pensar que habitamos una etapa diferente en la política sexual que nos empuja a renovados análisis y lecturas críticas.

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