INVESTIGADORES
VILLAROSA Gustavo
capítulos de libros
Título:
Las múltiples dimensiones del fenómeno volcánico en la Patagonia Norte: aportes científicos interdisciplinarios del Grupo GEA para el estudio de la erupción del Cordón Caulle.
Autor/es:
VILLAROSA, GUSTAVO; OUTES, VALERIA; BEIGT, DÉBORA; AMAT, PABLO; SALGADO, PABLO A.
Libro:
A 10 años de la erupción del Cordón Caulle
Editorial:
EDITORIAL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE RIO NEGRO
Referencias:
Lugar: Viedma; Año: 2023; p. 1 - 22
Resumen:
A diferencia de los sismos, las erupciones volcánicas implican procesos muy variados que tienen efectos diversos, dependiendo de la naturaleza de la erupción, de las condiciones atmosféricas y de la distancia al volcán. Las erupciones explosivas de los volcanes Patagónicos inyectan materiales piroclásticos en capas altas de la atmósfera que son transportados hacia el este a territorio argentino por los vientos dominantes provenientes del O y NO, produciendo la depositación de cenizas en amplias regiones de la Patagonia. Estos son los procesos volcánicos con capacidad de afectar la mayor cantidad de personas ya que cubren enormes áreas de manera casi instantánea afectando seriamente la infraestructura (comunicaciones, líneas de energía), el tráfico aéreo, rutas terrestres, sistemas de provisión de agua potable, las economías rurales y pueden provocar daños a las personas por accidentes, caídas de techos y efectos en la salud por la aspiración de cenizas.Las provincias de Neuquén y Río Negro se extienden unos 650km sobre la Cordillera de los Andes y forman parte del sistema conocido como Anillo de Fuego del Pacífico, en donde se concentra la mayor parte de la actividad volcánica y sísmica del planeta. En esta región, este sistema es el resultado de la subducción de la placa de Nazca (oceánica) por debajo de la placa Sudamericana (continental). En este sistema de subducción no solo se producen erupciones volcánicas, sino que además se producen frecuentes sismos de origen tectónico, muchos de ellos de gran magnitud, lo que determina un área de peligrosidad sísmica considerable a lo largo del oeste de la provincia. El mismo origen tiene la Zona Volcánica Sur (ZVS). Buena parte de esta zona volcánica coincide con el límite occidental de la provincia de Neuquén, en cuyo territorio existen 8 volcanes activos. Otros 20 se encuentran en sus proximidades inmediatas, la mayoría de ellos ubicados en territorio chileno, a pocos kilómetros al oeste del límite internacional. Esto hace que el territorio de Neuquén sea posiblemente la provincia argentina con mayor exposición a los peligros volcánicos. Como ejemplo el volcán Llaima (38° 41´ S – 71° 44´ W), uno de los cuatro volcanes más activos de Sudamérica ha registrado 23 eventos mayores durante el siglo XX y una erupción iniciada en 2008 y reiniciada siete meses después. Esta situación ha sido transmitida a las autoridades anteriormente, dentro del marco de los proyectos de extensión que desde la Universidad Nacional del Comahue se vienen llevando adelante desde el año 2002 y especialmente a través del informe solicitado por las autoridades provinciales en el año 2009, donde se elaboran una serie de recomendaciones para mejorar la capacidad de previsión, respuesta y disminución de la vulnerabilidad de la provincia frente a estos eventos. La percepción del peligro volcánico en la región se ha ido construyendo a partir de los aportes científicos y técnicos que se iniciaron mucho tiempo antes de la erupción del Cordón Caulle en 2011 y de las experiencias vividas durante las erupciones recientes. A pesar de ello, recién a partir de las erupciones explosivas de los volcanes Hudson en 1991, la del Chaitén en 2008 y finalmente el Cordón Caulle en 2011, se hizo evidente en la región patagónica que la peligrosidad volcánica debía ser tenida en cuenta y que requería de planes de respuesta, planes de emergencia y de recuperación. El grupo GEA, estudia desde hace más de dos décadas la historia de eventos volcánicos explosivos y fenómenos asociados en Patagonia. Once proyectos de investigación, tres de extensión y cuatro convenios de asistencia proveyeron desde 1996 el soporte científico para comprender y dimensionar la amenaza volcánica en la región. En el año 2000, una nota periodística sobre una inminente erupción del volcán Osorno, puso de manifiesto la deficiente percepción y preparación respecto a la problemática de peligrosidad volcánica que sufría la región. Fue evidente la necesidad de acciones de capacitación y sensibilización que integraran y transmitieran de manera práctica los resultados de las investigaciones en curso. En 2002 se iniciaron una serie de proyectos de extensión que, incluyendo al sistema de Protección Civil y otras instituciones responsables de la gestión de riesgos en la región, difundieron la problemática y aportaron información concreta sobre antecedentes de erupciones y sus potenciales impactos derivada de varias investigaciones en curso. La erupción del Volcán Chaitén de 2008 demostró la validez de los escenarios de peligrosidad que se proponían y permitió al grupo adquirir valiosa experiencia al participar del comité científico del COE y de la experiencia de mapeo de los depósitos y relevamiento de impactos. Al momento de la erupción de 2011 el grupo contaba con experiencia y antecedentes tanto para brindar asistencia en la gestión de la emergencia como para realizar un seguimiento del proceso eruptivo y sus consecuencias, adquiriendo valiosa información científica. En el marco del convenio de asistencia técnica solicitado en 2011 por la legislatura neuquina a CONICET, el grupo organizó, con el apoyo de la Dirección Nacional de Protección Civil y la Regional Andina de Protección Civil del sistema municipal de la provincia de Neuquén, una serie de 12 capacitaciones sobre peligros volcánicos dirigidas a personal del sistema de Protección Civil de municipios andinos de Neuquén, incluyendo técnicos y representantes de otras instituciones provinciales y nacionales con presencia en la región. En ese marco, se prestó asistencia a los municipios de Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Villa Traful y Aluminé, conformando el grupo de asesoramiento científico de los COEs y a diversas oficinas provinciales que solicitaron asistencia técnica específica durante la erupción del Cordón Caulle en 2011. Se produjeron protocolos para colección de muestras de ceniza volcánica y para el monitoreo de aguas superficiales, instrucciones para realizar ensayos de lixiviación y de lixiviados así como material de divulgación con recomendaciones frente a caídas de ceniza y otros escenarios. Como resultado directo del convenio se elaboraron doce Informes Técnicos, cinco trabajos publicados en revistas nacionales, dos trabajos en revistas internacionales y seis trabajos en congresos.La tefra resultante de la erupción del Cordón Caulle en 2011 cubrió unos 520.000 km2 en el continente (Villarosa y otros, 2012; Villarosa y Outes, 2013). Se registraron pérdidas totales en el sector turístico en Villa La Angostura y Bariloche y severos impactos en las comunidades de ambientes áridos extra-andinos de las Provincias de Río Negro y Chubut.Esta erupción, que se extendió por varios meses, y que afectó fundamentalmente a la localidad de Villa La Angostura y sus comunidades rurales aledañas de la provincia de Neuquén y a la Línea Sur, en la provincia de Río Negro, fue determinante para marcar un antes y un después, permitiendo avanzar en la difícil tarea de colocar en la agenda de los tomadores de decisión la problemática de la gestión de riesgos volcánicos ycontribuir para que la gestión de riesgos naturales sea una política de estado.