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El objetivo de este trabajo se dirige a indagar dos dualismos presentes en la ecología: (1) y (2) . Para el primer dualismo destacaremos que la ecología intercambia la noción de ?naturaleza? por la de ?ecosistema? y la noción de ?cultura? por la de ?especie humana?. Aceptados estos cambios, la ecología efectivamente elabora la distinción mediante la distinción , la cual es tomada como objeto de estudio. En cuanto al segundo dualismo, destacaremos que la disciplina no lo problematiza reproduciendo la idea de que el objeto se encontraría totalmente escindido del sujeto que conoce. Tratando a este objeto de estudio como algo incondicionado (o absoluto), esto es, sin admitir que el sujeto condiciona ese objeto. A partir de aquí se podrá reconocer que mientras se presenta una elaboración sobre la distinción , simultáneamente, parece soslayarse la distinción . Esta última distinción, soslayada, habilitaría a que ecólogos y ecólogas traten a su objeto de estudio como ?algo? separado e independiente de ellos y ellas. Así, esta idea de objeto incondicionado viene acompañada de la idea de que dicho objeto es universalizable, en la medida que sería ?algo? del mundo y que se encontraría allí para todos y todas. Es en el contexto internacional de las problemáticas ambientales, donde esta universalización del objeto de estudio ecológico alcanza una dimensión política que no debe desatenderse. Y es que frente al reconocimiento y disputa de diferentes naturalezas, ecólogos y ecólogas siempre podrán argumentar que su objeto de estudio es ?algo? del mundo. Dicho con otras palabras, se trataría de un dispositivo de dominación discursivo, producido por la propia ecología y reproducido por organismos intergubernamentales y políticas públicas, que obtura por completo cualquier intento de politizar la naturaleza.