Nuevas miradas sobre el manejo integrado de vectores

FERNANDO GARELLI; MARIANA MANTECA; GUREVITZ, JUAN MANUEL; CAROLINA OCAMPO MALLOU; ANIBAL CARBAJO

Congreso; XI CONGRESO ARGENTINO Y XII CONGRESO LATINOAMERICANO DE ENTOMOLOGÍA 2022; 2022

universidad nacional de La Plata

Las enfermedades transmitidas por vectores representan, según la OMS, alrededor del 17% de la carga de las enfermedades infecciosas. Históricamente, el control de los vectores (como mosquitos, flebótomos, triatominos o garrapatas) ha sido el principal instrumento para abordar estas enfermedades en detrimento de mejoras integrales en el ambiente y en las condiciones generales de vida de las personas. A nivel mundial se han intentado modificar los enfoques verticalistas de intervención (típicos de la época de erradicación de la fiebre amarilla luego de la 2da guerra mundial) con acercamientos a las comunidades, encontrándose numerosas dificultades en cuanto a cómo involucrarlas, en tanto presentan heterogeneidades dadas por diferencias culturales y procesos de inequidad. De esta manera las intervenciones suelen descansar excesivamente en el control químico, que impactan en el ambiente y pueden llegar a producir resistencia en los vectores, y más actualmente en la aplicación de tecnologías, por ejemplo, distintas formas de control biológico, a través de manipulaciones genéticas o de bacterias, desconociéndose sus efectos a largo plazo. Estas tendencias son parte de lo que Marcos Cueto denomina “la cultura de la sobrevivencia en la salud pública de América Latina”. Este autor la define en base a tres características esenciales: la apropiación de soluciones extranjeras y tecnológicas para problemas locales, la fragmentación de los sistemas sanitarios y, discontinuidad de las acciones de salud y finalmente, la promoción de una versión minimizada de la salud pública, que pasa a ser comprendida como un parche para las emergencias. En este sentido, en esta ponencia discutiremos la necesidad de fomentar e incorporar al llamado “control integrado de vectores” la infaltable dimensión de una genuina participación comunitaria que aborde la salud integral de las poblaciones de manera multipleescalar e intersectorial y pueda impactar, no sólo en la mitigación de los vectores, sino también en mejorar duraderamente la calidad de vida de las personas que viven en los diversos territorios. En este sentido, abogamos por un cambio de paradigma, que pensando a la participación como un proceso a fomentar, busque canales de diálogo con la comunidad, poniendo en juego sus saberes en pos de generar estrategias territoriales y transformadoras.