Estudio retrospectivo de la asociación entre la administración de acepromacina o dexmedetomidina y la prevalencia de hipotensión o bradicardia en perros

MOSTOWY MÓNICA MARIE; MOHAMED HUSSNI OMAR; MARTIN-FLORES, MANUEL; LORENZUTTI AUGUSTO MATÍAS; SAKAI, DANIEL MATSUMOTO; CAMPOY LUIS; PITTMAN ELLA; GLEED ROBIN DESMOND

Buenos Aires

Congreso; Congreso Asociación de Anestesia y Analgesia Veterinaria de la República Argentina 2019: cada anestesia, un nuevo desafío; 2019

Asociación de Anestesia y Analgesia Veterinaria de la República Argentina

Introducción: La acepromacina y la dexmedetomidina son comúnmente utilizadas en la premedicación anestésica. Sus efectos hemodinámicos han sido descriptos en estudios de laboratorio (Grasso et al., 2015). Hasta donde sabemos, no existen análisis sistemáticos de la asociación entre estos agentes y sus complicaciones durante la anestesia en un entorno clínico.Objetivo: Determinar la asociación entre la administración de acepromacina o dexmedetomidina (y otros factores de riesgo secundarios) y la incidencia de hipotensión y/o bradicardia en perras anestesiadas con isoflurano, para ovariohisterectomía.Materiales y métodos: Se analizaron los registros anestésicos de 341 perras ASA I-II, premedicadas con acepromacina (0,02 (0,01-0,02) mg/kg IM) o dexmedetomidina (3 (2-20) mg/kg IM) + hidromorfona (0,1 mg/kg IM), y anestesiadas con isoflurano. Las características demográficas y otras variables secundarias [edad, peso, escore de condición corporal (SCC), agente inductor (propofol, ketamina, tiopental), duración de la anestesia, uso de ventilación a presión positiva (VPP), valor promedio de isoflurano y administración perianestésica de dopamina y anticolinérgicos), se compararon entre grupos con tests de Wilcoxon o tablas de chi-cuadrado. La asociación entre el uso de acepromacina o dexmedetomidina y las variables secundarias y la incidencia de hipotensión (PAM 50% con respecto al valor basal) se evaluó con regresión logística con eliminación progresiva. Se utilizó una significancia de 0,05.Resultados y Discusión: El uso de acepromacina y dexmedetomidina se asoció con una razón de Odds mayor al doble de desarrollar hipotensión y bradicardia, respectivamente. La prevalencia de hipotensión fue del 74% para las perras que recibieron acepromacina, y 55% para aquellas que recibieron dexmedetomidina (P=0,0005). La hipotensión se desarrolló antes y fue de mayor duración en las pacientes que recibieron acepromacina. Estos resultados pueden explicarse por los efectos de estos fármacos sobre la vasculatura, de todas maneras, aproximadamente la mitad de los animales tratados con dexmedetomidina desarrollaron hipotensión. La incidencia de bradicardia en las perras que recibieron acepromacina fue del 58%; y fue del 80% para las que recibieron dexmedetomidina (P=0,0001).El peso vivo, pero no el SCC, se asociaron a un mayor riesgo de desarrollo de hipotensión (~80% para animales con un peso < 5 kg), posiblemente debido a que en animales pequeños, el riesgo de subdiagnosticar la hipotensión o sobredosificar fármacos hipotensores como la acepromacina sea mayor. Tanto el propofol como la ketamina presentaron una probabilidad mayor a ocho veces de desarrollar bradicardia en comparación con el tiopental. Este hecho puede deberse a que el tiopental se encuentra asociado al desarrollo de taquicardia. Finalmente, la dopamina fue administrada más frecuentemente en animales que recibieron acepromacina.Conclusiones: El conocimiento de los factores de riesgo asociados al desarrollo de hipotensión y bradicardia es importante en la práctica diaria, ya que permite orientar la monitorización anestésica orientada a la identificación de estas complicaciones tempranamente. Dado que los animales de pequeño tamaño premedicados con acepromacina presentan un mayor riesgo de desarrollar hipotensión de larga duración, la monitorización de este parámetro debe realizarse minuciosamente en estos pacientes.