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Mendoza ocupa el segundo lugar en el país en la producción hortícola, constituyendo la tercera actividad agrícola de la provincia por superficie, después de la vid y los frutales (IDR, 2016) y es la principal provincia productora de tomate a campo, con sus 5.201 hectáreas representa más del 36 % de la superficie nacional. La provincia produce el 50% del tomate industria del país y alcanza el 1% de la producción mundial (Franco, s.f). El tomate como materia prima para la industria de las conservas vegetales es de las más importantes como consecuencia de la amplia variedad de productos derivados. Se producen extractos, salsas, aderezos o puré (DNAyB, SSAyB, Ministerio de Agroindustria, 2017). Por otra parte, esta actividad es la primera en ocupación de mano de obra en la provincia (IDR, 2016). La provincia de Mendoza es también la que más contribuye al mercado de productos elaborados a partir de tomate fresco o pasta de tomate, con una capacidad instalada para el procesado de materia prima de 500.000 toneladas de las 750.000 que tiene el país (SSAyB, 2017). Entre esos productos se encuentra el puré de tomate, cuya producción la concentran unas pocas firmas de las más de 40 existentes (UIA, 2004). Durante el procesamiento del tomate para la elaboración de productos derivados, requiere elevadas cantidades de agua, y tienen lugar en la región de Cuyo, fundamentalmente en Mendoza y San Juan, donde el recurso natural más escaso es el hídrico (Duek y Fasciolo, 2014). A pesar de la gran importancia que supone conocer los consumos de materiales y energía y los impactos ambientales asociados al ciclo de vida de la producción de tomate fresco y tomate para industria , no se dispone hasta el momento de estudios de este tipo, específicos para la región. Este trabajo presenta las características más relevantes que arrojó el análisis de inventario de ciclo de vida de la elaboración de puré de tomate en Mendoza, y pretende ser un primer paso hacia el conocimiento de los impactos ambientales, especialmente los referidos al uso del agua, uso del suelo, emisiones de gases de efecto invernadero y demanda de energía. El estudio incluye la etapa de cultivo del tomate para industria, la elaboración del puré a partir de tomate fresco y su empaque (alcance de la cuna a la puerta). La Unidad Funcional (UF) considerada es por tanto ?producir un palet con 1.932 cajas de puré de tomate de 530 g envasadas?. La zona de estudio de la etapa agrícola es la Región de Valle de Uco, localizada en el centro-oeste de Mendoza. Los datos de las etapas de elaboración y empaque del puré de tomate fueron suministrados por una de las plantas de procesamiento de tomate más importantes del país, localizada en el departamento de San Martín, al este de la provincia y por otra ubicada en el departamento de Tunuyán, en el Valle de Uco. Entre las dos plantas, representan más del 50% de la producción de puré de tomate en la provincia. El alcance temporal del estudio corresponde a la campaña 2017/2018. En la etapa industrial se tuvieron en cuenta dos temporadas de produccion: i) temporada alta, en la cual sólo produce pulpa de tomate y ii) temporada baja, durante la cual se procesa completamente la pulpa para obtener puré de tomate. Quedaron excluidas de este estudio las tareas de distrubución y comercializacion del producto, asi como las etapas de uso y disposición final. A raíz de los resultados obtenidos en el inventario, se pudo hacer el siguiente análisis: i) Si bien la cantidad de ácido cítrico demandada para regular el pH del producto es pequeña en comparación con el resto de los insumos (2,58 Kg/UF), las tkm implicadas en su traslado desde el sitio de fabricación (ubicado en China) hasta la conservera representan el 42% de las tkm totales asociadas al transporte de insumos; ii) Los envases de tetra pack, provenientes de Brasil, representan el 29% de las tkm totales necesarias para el transporte de insumos; iii) En lo que respecta al consumo de agua, se pudo determinar que el proceso crítico de la etapa industrial es el lavado y transporte hidráulico, el cual representa el 80% de agua que se utiliza en la conservera durante la temporada alta. Para este proceso, la demanda del recurso hídrico es de 1600 m3/día, aún contando con un circuito cerrado de agua y sistemas de filtro; y iv) El bagazo y los tomates fuera de especificación (sobremaduros y verdes) constituyen los residuos orgánicos del proceso industrial, los que representan aproximadamente entre el 8% y el 12% del total de tomates que se reciben en planta. Este porcentaje esta sujeto a la eficiencia de la etapa agrícola y, en el período de tiempo considerado, totalizó cerca de 3.000 toneladas de residuos. Con respecto a su disposición, la empresa consultada declara venderlos como materia prima a una planta cercana que produce compost. Los resultados hallados representan un importante avance hacia el conocimiento de los impactos ambientales de uno de los productos elaborados más emblemáticos del sector, y se espera que contribuya a mejorar el proceso productivo de la planta industrial estudiada en cuanto a consumo de materiales y demanda de energía, y que sirva de base para la toma de decisiones en industrias similares.